Opinión

Lecciones europeas en blaugrana

Luis Enrique y Pep Guardiola

Luis Enrique y Pep Guardiola

España no era la selección favorita principal para ganar la Eurocopa y, sin embargo, la conquistó de manera incuestionable, con una superioridad impensada al inicio. No era favorita porque no era la vigente campeona (Italia), ni la anfitriona (Alemania), pero sobretodo no lo era porque no tenía ningún jugador mediático tipo Mbappé o Bellingham como Francia o Inglaterra. Tampoco su entrenador Luis de la Fuente exhalaba el glamour suficiente para ser considerado en la mesa de los candidatos. En fin, las cosas del fútbol moderno con las que lidiamos semana a semana.

Las razones por las que España se impuso son tan inescrutables como las corrientes que mueven el fútbol y que solo los más expertos son capaces de descifrar. Y todavía solo a veces. Pero es cierto que Luis de la Fuente llevaba años formándose y cosechando éxitos en las selecciones inferiores y que acudía a la Eurocopa de Alemania con un grupo de jugadores con los que ha crecido y con los que ha formado “una familia”, según gustan definirse.

Más o menos, especialmente por lo del glamour, vendría a ser la articulación que tuvo el Barça en sus mejores años. Entrenadores formados en la base, con un conocimiento amplio de sus jugadores, con experiencia en el fútbol español e internacional (Josep Guardiola, Tito Vilanova y Luis Enrique) y con un grupo de jugadores formados y crecidos en La Masía, juntos en muchos casos, que constituían el grueso de la plantilla y la estructura base del equipo.

Los nombres de Cucurella y Olmo, si parecen oportunistas, los borramos, pero son solo dos ejemplos de la multitud de casos en los que el club ha preferido ir a buscar fuera lo que ya tenía en la base. Por ello resulta estimulante escuchar a Hansi Flick cuando asegura que le ha sorprendido el talento de los jóvenes o leer que el Barça piensa en Òscar Garcia para el Barça Atlètic. Pues, quizás.