Opinión

Laporta hace un 'all in'

El presidente se juega el todo o nada en una temporada clave para el futuro electoral

Laporta, en su despacho presidencial

Laporta, en su despacho presidencial / VALENTÍ ENRICH

El actual mandato presidencial de Joan Laporta arrancó el 7 de marzo de 2021 y finalizará el 30 de junio de 2026. Cuando acabe la temporada que está a punto de empezar, quedará un año para unas elecciones a las que Laporta volverá a presentarse para culminar la gran obra de su segunda etapa presidencial: el nuevo Camp Nou. Fue él quien puso en marcha las obras y quiere ser él quien culmine la inauguración cuando el recinto esté acabado al cien por cien, previsiblemente para la temporada 2026-2027.

El plan de ruta está fijado, pero el Barça, hasta que se demuestre lo contrario, sigue siendo, sobre todo, un club de fútbol y del fútbol acaba dependiendo todo lo demás. Para bien y para mal. La pasada campaña acabó sin títulos, lo que provocó la histriónica destitución de Xavi, gestionada de forma lamentable. En el penúltimo año de la presidencia de Laporta, la oposición empieza a levantar la voz, centrando sus críticas en la situación económica de la entidad, pero aprovechando también la deriva absolutamente presidencialista en la forma de gobierno y los resultados deportivos.

El Barça, hasta que se demuestre lo contrario, sigue siendo, sobre todo, un club de fútbol y del fútbol depende todo lo demás

"Perder tendrá consecuencias"

Un segundo año consecutivo sin títulos aumentaría de forma exponencial el ruido alrededor de su mandato, que debía ser de recuperación económica gracias, en parte, a lograr la continuidad de Leo Messi, pero que, en realidad, ni ha contado con el argentino ni ha habido recuperación económica. Más bien todo lo contrario porque la deuda se ha multiplicado. Ante un panorama tan complicado, lo único que le sirve a Laporta para seguir cómodamente instalado en la presidencia del Barça es ganar. “Perder tendrá consecuencias”, dijo un día.

De momento, así ha sido para todos menos para él, que, a dos años de las próximas elecciones, ha lanzado un ‘all in’ para evitar ser señalado. Hansi Flick y los grandes fichajes (Dani Olmo es solo el primero) son un todo o nada, la apuesta inequívoca por un proyecto ganador cuyo objetivo último es ayudar al dirigente a ganar las próximas elecciones. De hecho, no sería nada extraño que, si el Barça logra títulos importantes esta campaña, pudieran avanzarse los comicios. Si Flick convence y gana, por ejemplo, LaLiga, su continuidad está garantizada y la de Laporta, también.

Hansi Flick y Joan Laporta, en una imagen de esta pretemporada

Hansi Flick y Joan Laporta, en una imagen de esta pretemporada / Valentí Enrich

Se vendería como el inicio, de nuevo, de otra nueva era, esta vez liderada por el técnico alemán sobre el césped, cuyo objetivo el segundo año sería la Champions. Este es el escenario que más conviene al presidente, pero el riesgo es evidente. Si Flick no hace despegar el proyecto, las miradas se dirigirán hacia el palco, último responsable de la enorme inversión realizada en futbolistas en un momento crítico a nivel financiero. Perder tendría enormes consecuencias.