Opinión

Lágrimas por Ansu Fati

Edu Aguirre: "Es una vergüenza que Ansu Fati acabe en el Brighton"

Edu Aguirre explica en El Chiringuito que no entiende que Ansu Fati se vaya cedido al Brighton / EL CHIRINGUITO

Que el mundo del fútbol es el universo de la inmediatez es sabido, y que nosotros aficionados de este universo somos al final veletas mezquinas que vamos en la dirección que sopla un viento llamado ‘gol’, es conocido.

En este caprichoso contexto, lo que ayer era blanco hoy lo vemos negro y si ese negro lo ilumina la luz de un sol llamado ‘triunfo’, lo volveremos a ver níveo y radiante… Patético.

Pero las cosas son como las hacemos, y hace solo veinte días, si tras el golazo por la escuadra groseramente descomunal de Ansu Fati en Las Vegas, preguntamos al aficionado si el bueno de Ansu era transferible, nos hubiesen tratado de incautos, de locos, de intoxicadores, nos habrían dicho que la perla negra había vuelto, que empezaba a recordar a ese niño que encandiló al planeta fútbol y que el Barça de nuevo casi tenía que ser él y diez más.

Pero han pasado los días, muy pocos días, y Ansu Fati ni ha tenido suerte ni ha tenido demasiados minutos para tenerla, y a la pregunta, el miércoles 30 de agosto en el programa ‘Onze’ dirigido por el cautivador Xavier Valls, de si el aficionado aprueba la cesión inmediata del jugador, el 75% de los espectadores ya habían cambiado de opinión y, tras solamente tres semanas, lo perderían de vista toda la temporada sin problema alguno.

Increíble. ¿No les parece? Pero lo más aterrador es que en este mundo del fútbol, el ‘absurdo’ se ha convertido en el marco de la lógica.

Y Ansu Fati marchará. ¿Y saben qué? Tal vez es lo mejor que puede hacer. Ansu ha vivido dos años de total desasosiego, de miedo, de penurias físicas, de operaciones que intentaban solucionar la intervención anterior, de esperas eternas y ansiedad desmedida. Una cesión no es encontrarse con un público mucho más generoso ante el error del que hasta hoy le observaba, que lo será; una cesión puede servirle para reencontrarse consigo mismo, y de hacerlo no para demostrar a Xavi que se equivocaba y sigue siendo válido y referente, sino para demostrárselo a él mismo y volver en poco tiempo a sentirse futbolista fundamental.

En realidad, todos nos sentimos un poco padres o madres de esta joven joya de nuestra cantera, y verlo partir será como en esas películas de Francis Ford Coppola donde el más dotado de la casa ha de partir al frente a cosechar victorias, laureles y triunfos, cuando en realidad lo único que preocupa a sus progenitores es que vuelva, y que vuelva sano si es posible, pero que vuelva.

Y brotarán lágrimas, y estaremos pendientes de cómo le va en el frente, ese nuevo frente, y le pediremos al destino que sea generoso con él. Lo merece.