Gracias por todo, Geri

Piqué se despide del Camp Nou con el Barça líder provisional

El defensa del Barcelona Gerad Piqué, al término del encuentro de la decimotercera jornada de LaLiga entre el FC Barcelona y el UD Almería disputado en el Camp Nou, en Barcelona. EFE/Toni Albir

Gerard López

Gerard López

Se nos va un referente, un mito, una leyenda del barcelonismo. Es cierto que Gerard Piqué empezó muy joven y luego tuvo que buscarse la vida fuera, como muchos otros hemos tenido que hacer, para que el Barça se diera cuenta de que era un central con plenas capacidades para marcar una época en el club y posteriormente en la selección, y así fue. Gerard volvió tras adquirir experiencia en Manchester y en Zaragoza y paso a paso se ha ido haciendo cada vez más grande hasta llegar al nivel de los grandes centrales de la historia del club.

Recuerdo una conversación con él en una previa de un Catalunya-Argentina en el Camp Nou, justo cuando él había firmado o estaba a punto de hacerse oficial su vuelta al Barça. Yo en aquel momento estaba jugando en el Recreativo de Huelva.

Los dos como jugadores estuvimos pisando el césped del Camp Nou antes del partido, como habitualmente se hace. Le pregunté si iba a volver a su casa, como me pasó a mí cuando me fui al Valencia y luego regresé. Le comenté que volver a casa es especial y que iba a poder disfrutar de lo que es este club, aunque no iba a ser un camino fácil, por la presión y por que se le iba a exigir lo máximo.

Recuerdo que él tenía 21 o 22 años y me dijo: “uf, para mi es un sueño hecho realidad. A ti te pasó. Te vas y piensas en volver, y me hace mucha ilusión regresar”. Fue una conversación íntima, en la que me demostró tener una gran personalidad y autoestima, de saber que su decisión iba a ser exitosa. Y así ha sido.

A Piqué le sobra personalidad, saber estar y condiciones para jugar a esto muchos años más. Y me sabe mal, porque su retirada es un punto prematura. Está condicionada por las circunstancias económicas y todo lo que ha pasado desde el verano en su vida, tanto a nivel personal como profesional. Se nos va un jugador muy grande.

La última vez que coincidí con él fue también en un partido de la selección catalana, en este caso yo como entrenador y él como jugador. Fue en un encuentro contra Venezuela en Girona. La sensación era de contar con un líder en el vestuario, un referente. Cuando él entraba en la charla o en la comida ya se veía que era un jugador especial en el campo, porque todos lo tenían como una referencia. 

Siempre que hemos coincidido ha habido respeto y admiración mutua. Le deseo lo mejor en cualquiera de sus experiencias futuras, a nivel profesional y personal. Me guardo la carta de poder convocarlo en un futuro partido de la selección si le apeteciera o si estuviera en condiciones de poder venir.

En la selección catalana siempre tendrá las puertas abiertas, aunque esté medio retirado, a nivel de homenaje. Se merece haber decidido cuál era su futuro y el momento donde hacerlo. Hay que respetar su decisión y le echaremos muchísimo de menos.