Opinión

Ferran Torres, el que 'nunca' hace nada

Ferran Torres celebra el gol de España ante Albania

Ferran Torres celebra el gol de España ante Albania / EFE

Me dijo un entrenador que tuve durante mi adolescencia: "En el fútbol no importa solo ser bueno, sino también parecerlo". Para muchos en los últimos años, parece que a Ferran Torres le haya caído del cielo el vestir la camiseta de Manchester City, Barça y selección española. Sus méritos nunca son suficientes. Como si cada acierto suyo fuera casualidad y no causalidad. El desprestigio constante al que lo han sometido algunos ha dominado el relato durante muchos meses, pero este empieza a desmoronarse cuando los números toman la palabra.

Esta temporada, solo Lewandowski ha logrado más goles que el valenciano en el Barça. Y, con España, el 'Tiburón' suma ya 20 dianas en 44 partidos tras decidir el reciente envite ante Albania. El de Foios está a solo tres tantos de colarse en el top-10 de máximos goleadores de la historia de la selección. Los datos hablan por sí solos, pero hay quien insiste en reducir a Ferran. Cuando no rinde, como fue el caso del curso 2022-23, le llueven las críticas. Y cuando sí lo hace, como esta temporada, impera el silencio. Es decir, Ferran siempre pierde.

"Tengo una especie de vitrina en casa y ahí tengo tanto títulos individuales como colectivos. Cuando voy por casa y subo a la habitación, siempre paso por delante y es una manera de recordar todo lo que estoy haciendo", explicó recientemente el atacante. Hace bien, porque si no se lo recuerda él mismo, nadie lo hace. Más bien lo contrario. Ferran no es el nuevo Pelé. Pero tampoco es solo ese jugador voluntarioso y piernas para presionar. ¿O es que únicamente con buena actitud un cocinero puede trabajar en Can Jubany, Àbac y pasar los veranos en El Celler de Can Roca?

Hay quien recuerda día sí, día también, que los 55 millones que costó Ferran fueron demasiados. Es posible. El mercado está más inflado que nunca y el Barça, como todos, solo puede adaptarse a él cuando busca reforzarse. Dembélé (130), Enzo Fernández (120) o Mudryk (100) son algunos ejemplos. Una cosa es admitir la explosión generalizada de los precios en el fútbol y la otra querer personificarla solo en el delantero valenciano.

En estático, Ferran no tiene tanta capacidad de desborde como otros extremos de la élite. Al espacio, sin embargo, el de Foios castiga como pocos. Su dominio de la profundidad y olfato goleador le han convertido en los últimos tiempos más en un segundo punta que en un jugador de banda. Hansi Flick ve en el ex del City no solo el perfecto perfil de delantero revulsivo, sino también un complemento de valor de un Lewandowski con unas características opuestas.

La fortaleza mental del 'Tiburón' -de la que muchos se mofaron, por cierto- le hace asumir y entender que muchas veces le tocará entrar de refresco. Pero manteniendo siempre el colmillo afilado. Para el de Foios hasta el rabo todo es toro y, como dice el tópico, los titulares ganan partidos pero son los suplentes los que conquistan los títulos. ¿Qué más debe hacer Ferran para que algunos admitan que sus números no son un accidente?