Opinión

El ejemplo de Pau Víctor

Pau Víctor en el Gamper

Pau Víctor en el Gamper / FCB

Hace unos días, tras las buenas actuaciones de Pau Víctor en la gira del Barça por Estados Unidos, se hacía viral un fragmento en redes sociales de una entrevista de Post United a Pep Guardiola en 2020. En él, le mostraban al entrenador del City un vídeo del delantero catalán -entonces en el Juvenil del Girona- que le pedía un consejo. 

Le contaba que no estaba teniendo el protagonismo que querría, a pesar de que cuando el míster le llamaba, entraba bien en los partidos. “¿Qué puedo hacer para mejorar y poder estar ahí?”, le preguntaba. A lo que Pep respondía: “No puedo decirte nada de lo que puedes hacer porque no lo sé, porque no te he visto jugar”. 

Pero sí le dijo algo muy importante que se grabó a fuego y que explica por qué hoy Pau Víctor está donde está: “Lo importante es cómo lo afrontas. La vida es esto. Aquí es donde se demuestra si vales o no vales. Hay dos opciones: quejarse o demostrar. Está en tus manos”. 

Cuatro años después, el ariete de Sant Cugat del Vallès anotó un tanto precisamente contra el City de Pep en un amistoso de pretemporada en Orlando. Casualidades de la vida. Y fue elegido MVP del encuentro, así como contra el Real Madrid en Nueva Jersey o en el Gamper del otro día en Montjuïc.

No satisfecho con el papel que tenía en el Girona -aunque llegó a debutar con el primer equipo-, decidió salir cedido al Sabadell para seguir creciendo. Una decisión valiente que no todos los jugadores son capaces de tomar. Fue clave para lograr la permanencia de los arlequinados y al año siguiente se unió, también en calidad de préstamo, al Barça Atlètic de Rafa Márquez. Fue el máximo goleador de la categoría.

Pau Víctor se besa el escudo

Pau Víctor se besa el escudo / VALENTI ENRICH

Quería quedarse en el Barça y el club azulgrana tenía que pagar por ello. Y se empeñó en demostrar -como le había dicho Pep- que valía la pena hacerlo. Muchos pensaban que se le fichaba para venderlo o cederlo. Pero él tenía claro que lucharía para demostrar a Hansi Flick que merecía un hueco en el primer equipo. Y lo hizo. 

En el Gamper lo presentaron como nuevo jugador del Barça -aunque ya estuvo en el filial el año pasado- y fue uno de los grandes reclamos de la fiesta culé, junto a Dani Olmo. Fue ovacionado por la grada del Estadi Olímpic y cuando cogió el micro para tomar la palabra hizo un discurso ejemplar. “Es un sueño de pequeño y poder debutar aquí en el Gamper es especial. Lo daré todo para daros muchas alegrías y estar a la altura. Muchas gracias, Visca el Barça y Visca Catalunya!”.

No tiene 17 años como Lamine Yamal, Pau Cubarsí o Marc Bernal. Es más de la escuela de Fermín y Casadó. Todo llega, a su debido tiempo. Con paciencia, trabajo y esas ganas de demostrar de las que hablaba Pep. No es quien llega antes, sino quien llega más lejos. Y ahora empieza lo bueno -y lo más difícil- de verdad