Opinión

Todo por descubrir en la era Flick

Hansi Flick con el carné de socio del FC Barcelona

Hansi Flick con el carné de socio del FC Barcelona / FCB

Cuando en noviembre de 2021 Xavi Hernández llegó al banquillo del Camp Nou todos los aficionados del Barcelona tenían claro el estilo de juego que iba a practicar su equipo. Fue futbolista gracias a las ideas de Johan Cruyff, que priorizaban el talento al físico, y como centrocampista del mejor Barça de la historia, Xavi fue admirado hasta ser considerado como uno de los grandes. Como cruyffista convencido trató de seguir difundiendo el método como entrenador, pero su obra no llegó a buen puerto y su etapa como técnico del Barça ha acabado sin el éxito que él y todo el barcelonismo hubieran deseado.

Es cierto, como ha reconocido él, que su pasado como futbolista le ha pasado factura. Y las explicaciones sobre el fútbol que tenía en su cabeza, también. Lamentablemente, la teoría y la práctica no han coincidido. Todos nos creamos unas expectativas que no se han cumplido ni dentro ni fuera del terreno de juego. Ser entrenador del Barcelona es atender a la forma y al fondo y, por supuesto, entender que el camino más largo y más bonito es, además del más difícil, el que más orgullo genera. Echar la mirada atrás y recordar al Dream Team y al equipo de Pep emociona. Sin embargo, es evidente que aplicarlo es muy complicado y ni siquiera con técnicos como Carles Rexach, Ronald Koeman o el propio Xavi, indiscutibles de la idea, el formato ha tenido éxito. Nada que reprocharles, ni a ellos ni al resto de los entrenadores que intentaron ser fieles a la historia reciente y no lo lograron.

El error más grande de la historia reciente del Barcelona

Un paréntesis reflexivo antes de terminar: no haber sabido darle continuidad a Pep Guardiola en el banquillo del Camp Nou es el error más grande de la historia reciente del Barcelona, no solo por lo que él hubiera sido capaz de dar sino también por lo que hubiera dejado tras su enorme figura. Hoy, su exsegundo en el ManCity Mikel Arteta triunfa en el Arsenal, su exayudante Enzo Maresca ha sido contratado por el Chelsea y Vincent Kompany, otro hijo de Pep, va a entrenar al Bayern. Increíble. Sin embargo, hay que lamentar el poco éxito de esta tribuna y de algunas otras que intentaron convencer a Xavi de la necesidad de organizar un viaje a Manchester, tal y como sí hicieron tantos y tantos otros técnicos, parados y en activo. Una pena. Cerramos el paréntesis.

Tal vez esta ha sido la última oportunidad en el Barcelona de prolongar el fútbol de Cruyff. Quizás hasta aquí hemos llegado los que lo entendemos bajo su mirada. Ojalá aparezcan nuevos técnicos -¿Sergio Busquets?- que nos permitan seguir siendo felices así. Mientras tanto, el presidente Joan Laporta, sin duda más cruyffista que el propio Johan, no ha sido capaz de darle una vuelta más a sus ideas futbolísticas y ha decidido experimentar por un camino diferente. Veremos. De momento, con Hansi Flick, todo está por descubrir. 

Se sabe que Hansi Flick es valiente y que sus equipos juegan de manera ofensiva. Para el resto de los detalles, paciencia.