El Barça da un paso que permite soñar

El Barça que salta al terreno de juego motivado, con intensidad y presionando al contrario es un equipo que puede competir contra cualquiera. Así ocurrió en la primera parte y así llegaron dos goles, casi consecutivos, que prácticamente dejaron sentenciada la eliminatoria.

La segunda parte arrancó de manera muy distinta a la primera, pero rectificó a tiempo Xavi cambiando a Fermín y Christensen por Oriol Romeu y Sergi Roberto. Dos cambios tan atrevidos como decisivos. Los veteranos aportaron su experiencia y frenaron el peligroso correcalles con el que se había convertido el encuentro. Y no solo eso, el capitán del Barça dio una sensacional asistencia a Lewandowski que solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red antes que una locura incontrolable invadiera Montjuic.

Los jugadores lo celebraron como se merece, la afición se lo pasó como hacía meses y Xavi y su cuerpo técnico soltaron todo el nerviosismo acumulado con abrazos, piruetas de toda clase y todo tipo de movimientos indescriptibles.

Fue una noche como las de antes. Una noche de Champions que hizo olvidar todos esos partidos inaceptables disputados en el mismo terreno de juego y una noche para recuperar la ilusión. Es verdad que el Nápoles es el Nápoles, pero el Barça dio un paso importante y ya está en cuartos, estará en el sorteo del próximo viernes y, a partir de aquí, puede pasar cualquier cosa.

La afición primero, Xavi después, los futbolistas y la directiva encabezada por el presidente Laporta merecían una alegría futbolística como esta. Eso sí, una vez digerida la victoria habrá que tocar con los pies en el suelo y empezar a pensar en el partido contra el Atlético del próximo domingo. Nada está ganado, pero el Barça puede seguir presumiendo de que no todo está perdido.

En fin, que fue una bonita y merecida noche para todos. Esperemos que esta merecida victoria tenga continuidad y que permita a todos los culés seguir soñando y disfrutando. Qué bonito es ganar.