Opinión

Arruinando el presente, destrozando el futuro

Florentino Pérez y Joan Laporta.

Florentino Pérez y Joan Laporta.

Todos conocíamos como acabaría la final de la Champions, por mucha rabia que nos diera. Daban igual los prolegómenos, daban igual las oportunidades, daba igual el buen juego. El Madrid se ha acostumbrado a ganar Champions en color, se nos acabó la mofa a los blancos sobre las Copas de Europa en blanco y negro.

Ganan por la épica o por la dramática, por el VAR o por el factor Bernabéu y por muchos otros por, pero ganan. Este año debía ser un año más de transición que de otra cosa, porque Mbappé decidió quedarse un año más en París (el francés sigue decidiendo mal) o porque Benzema decidió marcharse (¿qué ha sido de él?), pero Bellingham se reinventó de blanco para ser un jugador de efectos paranormales (más a inicios de temporada que al final). Vinicius, un tipo que da tanta rabia como les daba a los merengues Stoichkov, sigue creciendo y siendo tan mal deportista, como garante de desequilibrio.

Aprovecharon el Covid para reconvertir el Bernabéu en un estadio moderno adaptado a dos cosas: a ser más que un estadio de fútbol (generando hasta 50 millones adicionales de ingresos por la vía de los alquileres para conciertos) y a vender localidades en un formato para nuevos ricos. Ellos con un estadio acabado, nosotros exiliados en la montaña olímpica, a la cual no acceden ni los turistas, mientras nos hemos puesto en manos de una constructora turca para hacer nuestro nuevo templo con ocurrencias en forma de pasarela sobre el cielo.

Fichan poco, pero bien. Una versión evolucionada del Madrid de los galácticos. Un jugador por año que acaba siendo un superfichaje y lo complementan, buscando con tiempo, jugadores interesantes que finalizan contrato en sus equipos. Si comparamos como nos hemos gastado el dinero y como lo han hecho ellos, podríamos sonrojarnos. Después está esa clase media de futbolistas, los Carvajal, Nacho o Lucas Vázquez, que sin el pedigrí de La Masia, porque La Fábrica no es La Masia, acaban, ahora incluso, decidiendo finales.

Ancelotti no es un entrenador mediático, ni tampoco es un gran estratega, pero ha demostrado ser un tipo que gestiona de forma eficaz y eficiente un vestuario con una capacidad analítica y psicológica impresionante. Mientras tanto, nosotros debatimos sobre el tarro de las esencias, damos segundas oportunidades a Xavi cuando no se las merece, para luego mancillar su nombre de forma irreverente. El próximo año, abrimos un nuevo melón…

Sin protagonismo alguno, Florentino manda mucho y bien. El presidente blanco lleva dándonos lecciones de gestión de una entidad deportiva año tras año en la última década (con algo menos de democracia interna). Control absoluto y cero protagonismo (solo el gran error de la superliga, de la cual nos ha llevado al huerto). Será o no será el modelo, pero se ha demostrado mucho más eficaz que el nuestro. En nuestro lado está la gestión amateur y a golpe de arrebato de un señor que ha perdido la capacidad para liderar una entidad como el Barça. Cada día que pase, la distancia será mayor.

Estamos arruinando el presente, no destrocemos el futuro.