CIERRE DE CAMPAÑA 9J

Vox desafía el voto útil del PP y confía en ganar peso en Bruselas ante el auge de la extrema derecha

El partido de Santiago Abascal ha tenido momentos de protagonismo en la campaña de la mano de su agenda internacional, tratando de incomodar al PP y acusando a Feijóo de "indefinición". La ultraderecha ganará mucho espacio en estas elecciones y Vox aspira a duplicar su representación

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención en uno de los actos del final de la campaña.

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención en uno de los actos del final de la campaña. / Marian León

Vox atravesaba sus horas más bajas en el arranque del ciclo electoral de este año. El resultado de las elecciones generales -dejándose 19 escaños y sin ser capaz de sumar con el PP- y distintos episodios de su crisis interna llevaron al partido a un estado de ánimo complicado. La sensación que cundió en los cuadros era de falta de rumbo. No estaba claro lo que estaba por llegar. Pero con estas elecciones europeas, las más favorables de todas las celebradas para el partido de extrema derecha, Santiago Abascal da por superado un semestre en el que consiguió mantener representación en Euskadi, creció en Cataluña -sostuvo sus once parlamentarios- y ahora, al menos, según todos los sondeos, duplicará sus escaños en el Parlamento Europeo.

El partido de Abascal ha tenido momentos de protagonismo la campaña gracias a su agenda internacional, el revulsivo al que realmente se ha agarrado para afrontar la cita comunitaria. La campaña empezó con el acto de Vistalegre en Madrid, en el que la presencia del argentino Javier Milei y la crisis que después se desató con el Gobierno, copó toda la atención. Pero el fin de semana en Carabanchel dio para mucho más: Vox concitó a los principales líderes europeos y mundiales de su espectro ideológico, desde el argentino hasta representantes de Donald Trump, un ministro de Israel, y los grandes dirigentes de toda Europa.

Un evento que no tiene comparación posible en otros partidos y que, además, pretendía acabar con tensiones dentro de los propios partidos de ultraderecha para acercar posturas después del 9 de junio. La comunión de la italiana Giorgia Meloni con la francesa Marine Le Pen fue importante. Como también la del húngaro Viktor Orbán y el polaco Mateusz Morawiecki. “En todo ese movimiento el verdadero pegamento ha sido Vox”, repiten en el núcleo duro de Abascal.

Está por ver si las dos familias europeas (Conservadores y Reformistas Europeos por un lado; e Identidad y Democracia por el otro) consiguen estrechar lazos. Pero con independencia de ese desenlace, los partidos de extrema derecha en Europa crecerán y tendrán una posición significativa en la próxima legislatura.

En este contexto, reflexionan en Vox al término de la campaña, la posición de los de Abascal, con todos esos apoyos internacionales, saldrá fortalecida a pesar de que hace solo unos meses el debate público giraba en torno a si el partido estaba acabado. También lo consideraba así el rival mayor de la derecha, el PP, que tuvo que digerir la resistencia de los ultra en todas las convocatorias electorales excepto la gallega.

Vox no ha escatimado en duras críticas a los populares a lo largo de estas dos semanas. Abascal ha repetido “la coalición de PP y PSOE” que existe en la Comisión Europea, advirtiendo que si los números dan, la volverán a reeditar. Mientras los populares trataban de morder en las grandes banderas de Vox (inmigración o el campo) el candidato, Jorge Buxadé, y el propio Abascal contrarrestaban los mensajes: “El PP ha votado el pacto verde. El PP no tiene palabra. El PP defiende la agenda 2030. No tiene una posición clara sobre la inmigración irregular”, decían una y otra vez, acusando a los conservadores de “bandazos” y de no tener “ideas consolidadas”. Los principales ataques también han ido dirigidos a la actual presidenta de la Comisión que opta a la reelección, Ursula von der Leyen, y a la que el candidato de Vox llama abiertamente “socialdemócrata”.

A la crisis de Milei -defendido ampliamente por Vox- se sumó después el viaje de Abascal a Israel. Una visita que coincidió con el reconocimiento del Estado de Palestina por parte del Gobierno pero que, en su equipo reconocen, “se llevaba trabajando mucho tiempo”. El momento era complicado tras una nueva matanza en Gaza. La guerra de ocho meses ya ha dejado más de 36.000 muertos. Sin embargo, el líder de Vox optó por mostrar su apoyo al cuestionado Benjamin Netanyahu, enviando un mensaje claro sobre sus relaciones internacionales. El partido de ultraderecha volvió a mirar al PP, acusándole de “indefinición”.

Vox ha buscado un hueco en estas dos semanas haciendo pinza con el PSOE. Y a pesar de los debates que terminaron copando la campaña -sobre todo, la imputación de la mujer del presidente del Gobierno por corrupción en el sector privado y tráfico de influencias- en la dirección nacional dan por hecho que las cosas han ido bien: “No hemos cometido errores. Los debates han ido bien. Los actos también y hemos hablado del futuro de Europa y de los mensajes que queríamos hacer llegar a la gente”, resumen en la cúpula ultra.

La crítica recurrente a PP y PSOE ha sido abusar de la política doméstica y trasladar de forma constante que estas elecciones europeas eran en realidad un plebiscito. Primero de Feijóo contra Sánchez y, al final, también de Sánchez contra la oposición de Feijóo. “En estas elecciones no se vota al presidente. Ni siquiera van de Begoña Gómez. Van de las cosas que afectan a los agricultores, a los ganaderos. De la Europa que queremos tener”, se esforzaba en repetir Buxadé durante los últimos días.

Las encuestas marcan el camino de los 6 o 7 eurodiputados, lo que significaría duplicar el número actual. Aunque Vox crecerá potencialmente, sigue muy por debajo de las fuerzas ultraderechistas de su entorno. En la dirección nacional contextualizan: “Esos partidos llevan muchos más años en sus respectivos países. Paso a paso. Este es el camino”, repiten, conscientes de que el peso que finalmente tenga su familia europea a partir de este 9 de junio puede ser crucial.