RUPTURA ENTRE PP Y VOX

Ferraz ordena mano dura a sus barones con el PP en minoría para forzar un giro de Feijóo en el Congreso

La dirección federal trata de acabar con la cacofonía sobre la estrategia a seguir en el nuevo escenario y eleva el listón de las exigencias para buscar una suerte de geometría variable entre parlamentos autonómicos y Congreso

Vista general de una reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, presidida por Pedro Sánchez.

Vista general de una reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, presidida por Pedro Sánchez. / Diego Radamés / Europa Press

Toque de corneta en el PSOE para evitar una tregua con los ejecutivos autonómicos del PP que se han quedado en minoría por la ruptura con Vox. En las últimas horas, Ferraz ha contactado con todos sus barones, a través del secretario general de Organización, Santos Cerdán, para delimitar una estrategia común ante el nuevo escenario abierto en Extremadura, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Murcia y Baleares. La orden pasa por no aflojar a la espera de que Alberto Núñez Feijóo modere su estrategia de oposición en el Congreso contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

Las indicaciones de Ferraz cortan de raíz el planteamiento que habían expresado los líderes socialistas en Extremadura y Castilla y León. Tanto Miguel Ángel Gallardo como Luis Tudanca habían defendido en los últimos días pactos puntuales con los presidentes del PP en sus comunidades autónomas para que gobernasen sin Vox. El líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, también se posicionó a favor de garantizar la estabilidad en las comunidades donde se produjera una ruptura entre los socios de la derecha. Tras consumarse el divorcio, todos ellos han matizado su discurso para acoplarse a la estrategia marcada por la dirección federal.

Seguirán haciendo oposición sin cambios y subrayando el mensaje de que la derecha genera inestabilidad institucional. En el caso de Lobato, Ferraz incluso le reprendió y pidió explicaciones por defender el pasado martes que ante una ruptura de las coaliciones de las derechas “ahí estará el PSOE en esas comunidades autónomas para tratar de ayudar a que haya sensatez, estabilidad y se pueda dejar a Vox al margen de las instituciones”. En una entrevista con Servimedia el líder de los socialistas madrileños había reclamado una “posición de responsabilidad” y “aportar esa estabilidad que necesitan los gobiernos”.

La lectura es que no cabe una oferta de estabilidad, a modo del cordón sanitario que rescataron en Ferraz tras las elecciones francesas, porque la ruptura ha sido de Vox con el PP, y no al revés. Asimismo, la posición ahora es que los populares deben abandonar primero “las políticas de ultraderecha”. Derogar su agenda con Vox y dar un giro a la moderación o lo que denominan “oposición constructiva”.

Tanto a nivel autonómico como municipal, rompiendo las coaliciones en las capitales y en el centenar largo de ayuntamientos donde cogobiernan con la ultraderecha. También en el Congreso, con un pacto en inmigración a través de su apoyo a la reforma de la ley de extranjería. Esto es, hacer obligatoria y automática la distribución entre las comunidades autónomas de los menores migrantes que lleguen a la frontera sur. La primera “prueba del algodón”, según lo han denominado los socialistas, para comenzar a homologar al PP de Feijóo como un partido de Estado.

“Sin miedo” a elecciones

Pedro Sánchez ya alejó las garantías de estabilidad de su partido en su primera valoración de la ruptura desde Washington, a dónde acudió a la cumbre de la ONU. Dependerá de las políticas que proponga el Gobierno autonómico de turno a la Asamblea correspondiente el que cuente con el apoyo o no del Partido Socialista", aseguró para exigir también una reversión de las políticas pactadas con Vox y romper los pactos en los ayuntamientos.

La oferta de estabilidad con pactos puntuales que lanzaba este viernes el líder de los socialistas de Castilla y León se supeditaba precisamente a que el presidente Alfonso Fernández Mañueco deshaga tanto sus políticas con Vox como los pactos en los ayuntamientos con la ultraderecha. Comenzando por “retirar la ley de concordia, recuperar el diálogo social y aprobar leyes paralizadas”. El secretario general del partido en Extremadura también instó a María Guardiola a derogar las medidas aprobadas de la mano de Vox en lo que va de legislatura.

"Si realmente quiere buscar estabilidad y apoyo, primero tenemos que conocer qué pactos va a derogar de aquellos que aprobó", aseguraba Gallardo en una rueda de prensa este viernes recogida por Europa Press. En la Comunidad Valenciana, la líder del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, incluso retó al presidente autonómico, Mazón, a un adelanto electoral sobre el que dijo no tener “ni problema no miedo”. Los socialistas, sin embargo, descartan que los presidentes autonómicos vayan a presionar el botón rojo a corto plazo.

Deberes pendientes

Morant y el secretario general de la federación extremeña son los únicos que han afrontado el proceso de renovación de liderazgos territorial tras la pérdida de los gobiernos autonómicos del PSOE hace un año. La crisis entre PP y Vox ha cogido al resto de territorios con los deberes sin hacer, pendientes de sus procesos autonómicos para asentarse como alternativa de gobierno. En Murcia, además, este mismo viernes la Fiscalía reclamaba el procesamiento de su secretario general, Pepe Vélez, por presuntos delitos de prevaricación y malversación relacionados con su etapa como alcalde del municipio de Caravaca de la Cruz.

El PSOE plantea una suerte de geometría variable entre los parlamentos autonómicos y el Congreso al pedir a Feijóo que se acerque a nuevos pactos de Estado. “Que por fin actúe con responsabilidad”, conminaba la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. En la misma línea se manifestaban otros miembros del Gobierno, como la vicepresidenta primera María Jesús Montero al plantear que “el PP de Feijóo debe derogar las vergonzosas leyes que han aprobado con VOX y atreverse a romper los pactos municipales con la ultraderecha”.

El titular de Presidencia y Justicia Félix Bolaños, además de pedir la derogación de las políticas “contra las mujeres”, los derechos LGTBI o “el blanqueo de la dictadura”, en referencia a las leyes de concordia recurridas al Tribunal Constitucional, exigía que el PP eche a los “tránsfugas” de Vox “que se resisten a abandonar los gobiernos” de coalición. Entre ellos, el único consejero del partido en el ejecutivo regional de Extremadura y otro de los tres que formaban parte del gobierno de Castilla y León.