¿Quién es Adrian Newey, el ingeniero que ha desatado la locura en la Fórmula 1?

En los últimos meses, el británico ha estado en boca de prácticamente todos los equipos del ‘Gran Circo’

“Ha sido mi archienemigo y estuvimos cerca de que se uniera a Red Bull en 2008. Es una leyenda y tengo muchas ganas de trabajar con él”

@DAZN_ES

Laura Narbona

Probablemente, Adrian Newey haya sido uno de los nombres más sonados en los últimos meses dentro del paddock de la Fórmula 1. El ingeniero británico anunció el pasado mes de mayo su salida de Red Bull tras 19 años en la escudería austríaca, y, desde entonces, han sido varias las escuderías que han ‘luchado’ por intentar que el conocido ingeniero se uniese a su plantilla.

Una lucha en la que finalmente Aston Martin se ha llevado el gato al agua, pues, tras varios meses de especulaciones, el equipo británico ha confirmado el fichaje de uno de los ingenieros más deseados del 'Gran Circo'. Ahora bien ¿qué hace tan especial a Newey para que todos lo quieran en su equipo? 

Pese a que para muchas personas el nombre de Adrian Newey pueda resultar desconocido, lo cierto es que el ingeniero británico lleva más de 40 años en el Mundial de Fórmula 1, dónde ha llevado a diferentes escuderías a lo más alto. Y es que, su significativo papel en el desarrollo de monoplazas ganadores, especialmente por lo que respecta a la innovación del área aerodinámica, ha convertido al británico en una de las figuras técnicas más codiciadas en el paddock del ‘Gran Circo’. 

Inicios en la Fórmula 1

Adrian Newey inició su aventura en la Fórmula en 1986 de la mano de FORCE, tras haber triunfado como diseñador en la IndyCar. Sin embargo, su primer paso por la máxima competición del automovilismo fue más bien efímero, pues el equipo se retiró a finales del mismo año y Newey optó por volver a Estados Unidos para continuar con su labor en la Indy. 

No obstante, cuatro años después, en 1990, Williams decidió apostar por el ingeniero británico, el cual les llevó a conquistar ni más ni menos que cuatro mundiales de pilotos y otros cuatro de constructores en apenas ocho temporadas. Tras su éxito en la escudería de Grove, McLaren se hizo con sus servicios en 1998, con el objetivo de volver construir un coche ganador. 

Y así fue. Dos campeonatos de pilotos consecutivos en sus dos primeros años en el equipo ‘papaya’ evidenciaron de nuevo el talento del británico para diseñar monoplazas competitivos, a la vez que despertaron el interés de Red Bull, equipo al que Newey se unió en 2006 y en el que ha estado los últimos 19 años

Pese a que sus primeros años en la escudería de las bebidas energéticas fueron más bien discretos, su diseño del RB5 en 2009 trajo consigo las primeras victorias de Sebastian Vettel y Mark Webber en la estructura austríaca. Y a partir de ahí, el resto es historia. Vettel se alzó con cuatro mundiales consecutivos en los cinco años siguientes, que vinieron de la mano de cuatro títulos de constructores

Fin a la hegemonía

Un claro dominio que se vio interrumpido en 2014, año en el que Newey pasó a tener un papel menos relevante en el diseño de los monoplazas, que se sumó al gran momento en el que se encontraban Lewis Hamilton y Mercedes. El piloto británico y la fábrica de la estrella plateada se mostraron intratables durante los siguientes años, en los que Red Bull tocó fondo tras la marcha de Vettel a Ferrari.

No fue hasta 2021, con la llegada de Max Verstappen a la estructura oficial, que el equipo de las bebidas energéticas recuperó su reinado en el ‘Gran Circo’, logrando tres títulos de pilotos consecutivos, además de otros dos de constructores. Una clara hegemonía que ha comenzado a tambalearse este 2024, pues el anuncio de la marcha de Newey de Red Bull se ha unido la bajada de rendimiento de los monoplazas de Max Verstappen y Checo Pérez, quienes se han visto amenazados principalmente por los pilotos de McLaren.

Si algo está claro es que Adrian Newey se ha ganado por méritos propios el ser considerado como uno de los mejores ingenieros de la historia de la Fórmula 1. Y es que, más allá de su éxito en los diferentes equipos, el británico ha contribuido significativamente en el desarrollo de los monoplazas de Fórmula 1, siendo pionero en la investigación por acabar con uno de los mayores dolores de cabeza para los diferentes equipos de la Fórmula 1: el conocido efecto rebote o 'porposing'.