El estratosférico récord del mundo que duró 30 segundos

El irakí Garrah superó la plusmarca del lanzamiento de peso por 14 centímetros (11.15 m)

En el siguiente lanzamiento, el ruso Denis Gnezdilov lo superó por tan solo un centímetro (11.16)

Tnaiash vivió su mejor y peor momento en unos segundos

Tnaiash vivió su mejor y peor momento en unos segundos / Paralympic

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

El irakí Garrah Tnaiash pasó del todo a la nada en apenas 30 segundos. Compite en lanzamiento de peso categoría F40 (Personas de baja estatura) y llegó a Tokio como campeón paralímpico tras ganar la medalla de oro en Río 2016 con un lanzamiento de 10.76, distancia que ha ido superando en los campeonatos en los que ha competido estos años.

Era pues uno de los claros favoritos a llevarse el oro en el Olympic Stadium de Tokio. En su último lanzamiento, el iraquí mandó el peso hasta los 11.15 metros, superando el actual récord del mundo en posesión del portugués Miguel Monteiro (11.01). En cuanto salió su marca en el luminoso saltó de alegría, se quitó la camiseta se fue a celebrarlo con su equipo, agarró la bandera de Irak y emocionado no paraba de saltar en el tartán.

Pero la competición no había terminado, quedaba un último lanzamiento por parte del ruso Denis Gnezdilov un fuerte rival con el que habitualmente se reparten el oro y la plata de las competiciones. Denis jamás había alcanzado los 11.15 de Tnaiash.

Récord efímero

Habían pasado apenas 30 segundos, quizás menos. Garrah seguía celebrando su hito cuando Denis lanzó el peso. Desde que despegó de su cuello el ruso sabía que era un gran lanzamiento, cerca del de su rival. Hubo unos segundos de tensión hasta que salió en el luminoso el 11.16 ¡Nuevo récord del mundo! indicaba el panel en grandes letras.

La alegría de Gnezdilov estaba más que justificada y a Tnaiash casi se le detiene el corazón. No podía ser que su récord apenas durara unos segundos. Era el mejor momento de su vida deportiva y se lo arrebataron en un abrir y cerrar de ojos. Como buen deportista felicitó inmediatamente a su rival, pero esta noche le costará dormir.