Entrevista

La eterna reivindicación de Ray Zapata: "¿Sabes qué? Me va a volver a salir bien"

El gimnasta español, plata en Tokio, busca una nueva medalla olímpica este sábado en el concurso de suelo

Ray Zapata busca en París su segunda medalla olímpica.

Ray Zapata busca en París su segunda medalla olímpica. / YAHYA ARHAB / EFE

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

"¿Cómo consigue un vago una plata olímpica?". Esta pregunta salió de lo más profundo del estómago de Rayderley Zapata hace hoy tres años un día. El "vago" era él, la plata olímpica era la suya, y la ironía y el dolor contenido que se concentraban entre un signo de interrogación y el otro también le pertenecían, de una manera muy íntima. Zapata, nacido en República Dominicana hace 31 años, criado en la isla de Lanzarote desde que tenía 10, siempre sintió que tenía que reivindicarse para lograr que quería. En Tokio lo consiguió con ese subcampeonato olímpico en suelo que este sábado, a partir de las 15.30 horas, aspira a revalidar, quién sabe si incluso a mejorar.

Enseñando a ganar medallas

"¿Y sabes qué pasa? Que yo ya no tengo nada que perder, porque ya he conseguido todos mis objetivos. Este es un reto personal", verbaliza con más naturalidad y humildad de la que pueden sugerir sus palabras, releídas tras la conversación con este periódico. Porque Zapata llegó a la gimnasia "con el objetivo de aprender a hacer volteretas" y hace tres años, cuando su hija Olympia, nombre que ejemplifica su obsesión olímpica, era una recién nacida, hizo historia: "Habían pasado 13 años desde que Gervasio Deferr había conseguido la última medalla y en la gimnasia española ya no se sabía cómo se ganaban medallas olímpicas. Yo volví a enseñar que sí se pueden ganar medallas olímpicas. Y cómo se hace".

No tengo nada que perder, porque ya he conseguido todos mis objetivos. Este es un reto personal

Ray Zapata

Y Zapata quiere más, clasificado para la final de suelo con la tercera mejor marca en las clasificatorias, licencia para soñar. Su única pena fue no alcanzar, junto a sus compañeros, la final por equipos por primera vez en la historia de España, un reto que se había puesto entre ceja y ceja pero que tendrá que esperar, seguramente ya sin la presencia del "vago".

Ray Zapata.

Ray Zapata. / YAHYA ARHAB

Porque volvamos a aquello. "Había gente de mi propio entorno que me tenía un poco machacado con constantes comentarios hacia mi trabajo, comentarios feos. De poca confianza en mi trabajo y en que yo pudiera conseguir mi objetivo", recuerda sobre su germen olímpico, que le llevó a tener que ganarse la clasificación para Río 2016 por carreteras comarcales, cuando la federación de aquel entonces le negó la autopista pese a los méritos cosechados, bronce en el Mundial disputado un año anterior.

Un novato en Río 2016

En aquellos Juegos, un joven Zapata quedó 11º, fuera de la final, pero se labró un nombre ya insoslayable en la gimnasia española sin que ni él mismo lo viera venir: "Solo llevaba dos años compitiendo internacionalmente, era un novato, ni yo pensaba que lo pudiera conseguir. Yo ya había conseguido mi sueño con estar ahí, ser olímpico, con mis padres en las gradas, ya era la bomba ¿Qué más podía pedir?".

En Río yo ya había conseguido mi sueño con estar ahí, ser olímpico, con mis padres en las gradas, ya era la bomba ¿Qué más podía pedir?

Ray Zapata

Zapata pidió más y lo consiguió, una plata que le colocó en todas las portadas, en muchas de ellas con su íntima amiga Ana Peleteiro, en una imprescindible reivindicación de la España diversa y plural, con aquella inolvidable frase de la atleta: "¡Somos negros! ¿Qué de color? ¡De color son ellos que cambian más de color que el sol!". Casualidades olímpicas, de nuevo ambas volverán a buscar sus respectivas medallas en la misma hoja del calendario.

Porque ahora, en unos nuevos Juegos, Zapata siente la oportunidad de volver a reivindicarse, pues no encuentra su nombre entre los claros aspirantes a medalla y eso, aunque lo niegue, parece molestarle, una muesca en el orgullo. "Realmente no presto atención, pero creo que todo sigue su curso porque vuelve a suceder lo que sucedió en Tokio. Vuelve a suceder. La gente está especulando. De que no...", deja caer. Y él cree que sí. Está convencido, de hecho, de que el "vago" va a volver a enseñar a la gimnasia española cómo se gana una medalla: "Todo está bien, todo su curso. ¿Y sabes qué? Me va a volver a salir bien".