Poner semillas en la esponja de la cocina: el gesto que cada vez copia más gente (y tú también deberías)

Un truco que no dejarás de hacer

Semillas de chía

Semillas de chía / Pexels

M.R.

La esponja de cocina no sólo sirve para limpiar los platos o la cocina, sino que también puede ser útil en jardinería. Poca gente conoce este método, y es una auténtica joya para quienes buscan un truco rápido y sencillo para enriquecer su jardín con plantas y flores de todo tipo.

Los aficionados a la jardinería esperan con impaciencia la primavera para llenar sus casas, balcones y jardines de plantas y flores que aporten brillo y color. Especialmente en el caso de las plantas de interior, resulta bastante difícil mantenerlas y hay que poner en práctica métodos para conservarlas en las mejores condiciones posibles y satisfacer sus necesidades.

La mismísima esponja para platos resulta muy útil en el mantenimiento de las plantas. Hay muchos trucos para mantener tus plantas sanas y fuertes, algunos son más difíciles de poner en práctica, otros son muy sencillos. De hecho, a veces basta con unos simples gestos para tener plantas exuberantes en casa. Con la esponja para platos, por ejemplo, se pueden poner en práctica dos métodos ingeniosos.

La esponja de cocina puede ser útil para el mantenimiento de las plantas, pero ¿cómo? Cuando las esponjas se han utilizado y están listas para tirarse, pueden reciclarse para mejorar la vida de las plantas.

En primer lugar, hay que coger la esponja y hacer cuatro incisiones en la parte inferior, donde es más blanda. En esas aberturas, inserta cuatro hojas, una por cada incisión. Por último, completa el primer paso colocando la esponja en una jarra con agua, en la que deberás sumergir las hojas.

Llegados a este punto, pasado un tiempo, puedes coger la esponja y colocarla dentro de una maceta, cubriéndola con tierra y dejando la parte superior de las hojas en el exterior. Riega el plantón periódicamente y, con el tiempo, verás un fabuloso y exuberante crecimiento de las hojas.

El segundo método consiste en germinar las semillas sin utilizar tierra. En este caso, también es necesario desinfectar las semillas con hormigas antes de utilizarlas. Procede humedeciendo la esponja con un poco de agua e introduciendo las semillas en su interior.

En este proceso es fundamental combinar la cantidad adecuada de humedad con el calor ambiental, por lo que es necesario elegir un lugar que pueda garantizar estos dos factores. Al cabo de unas semanas, ya podrás ver con tus propios ojos los primeros resultados, que serán gratificantes si los pasos se han llevado a cabo sin errores.