Así eran los banquetes en el Imperio Romano

Eran festines en los que reinaba el exceso y la extravagancia

Así eran los banquetes en el Imperio Romano

Así eran los banquetes en el Imperio Romano / pgatouresp

En la época imperial romana, los banquetes se convirtieron en extravagantes eventos sociales que reflejaban el estatus y la opulencia de la aristocracia. Mientras que en épocas republicanas la comida era más simple, dominada por platos como la puls, una especie de polenta acompañada de legumbres y huevos, la llegada del Imperio trajo consigo un aumento en el consumo de carne según un extenso artículo de National Geographic.

Especialmente apreciada era la carne de cerdo, considerada la más sabrosa, seguida de aves de corral como patos, pichones y ocas, e incluso animales de caza como la liebre y el jabalí.

La exuberancia de estos banquetes se extendía más allá de la carne, incorporando frutas exóticas y platos sofisticados como el porcus troianus, un cerdo relleno de salchichas y verduras, inspirado en el legendario caballo de Troya.

Los banquetes romanos no solo eran una exhibición de comida, sino también de estatus y entretenimiento. Algunos anfitriones, como el sibarita Lúculo, incluso construían triclinios dentro de pajareras o sobre piscinas para ofrecer experiencias únicas a sus invitados.

La presentación de la comida era tan importante como su sabor, y los cocineros profesionales, especialmente aquellos de origen oriental o griego, eran muy buscados por su habilidad para crear obras de arte culinarias. Desde el uso de nieve para enfriar las bebidas hasta la sorpresa de servir aves vivas en medio de la cena, los banquetes romanos eran eventos llenos de espectáculo y extravagancia.

Aunque algunos de los alimentos consumidos en esos banquetes, como la lengua de flamenco o el cerebro de avestruz, pueden parecer repulsivos para los estándares modernos, los romanos creían firmemente en la diversidad de gustos y placeres culinarios.