Argentina presume de 'nueves' en su estreno

Julián Álvarez y Lautaro Marínez marcaron los tantos de la Albiceleste en su trabajado triunfo (2-0) ante Canadá

Leo Messi, que estuvo sorprendentemente negado en la finalización, dejó su marca con una gran asistencia y lideró el ataque de los suyos

Julián Álvarez celebra el primer gol argentino del torneo

Julián Álvarez celebra el primer gol argentino del torneo / AP

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Argentina es la campeona continental y del mundo. Y su ego, combinado con una autoconfianza que tiende al infinito, le permite superar cualquier situación adversa. Se siente fuerte, gigante y líder, y ejerce como tal.

Argentina - Canadá

Copa América - Grupo A

2
0
Alineaciones
Argentina
Dibu Martínez; Nahuel Molina (Montiel, 89'), Cuti Romero, Lisandro Martínez, Marcos Acuña (Tagliafico, 89'); De Paul, Paredes (OItamendi, 77'), Alexis Mac Allister; Ángel Di María (Lo Celso, 68'), Lionel Messi y Julián Álvarez (Lautaro Martínez 77').
Canadá
Maxime Crépeau; Alistair Johnston, Moise Bombito, Derek Cornelius, Alphonso Davies; Tajon Buchanan (Shaffelburg, 59'), Stephen Eustáquio, Ismael Koné (Jonathan Osorio, 85'), Liam Millar (Rusell-Rowe, 85'); Jonathan David y Cyle Larin (Richie Laryea, 80').

Tuvo un debut áspero en la Copa América contra Canadá, pero supo solucionarlo como un grande, con goles de la que, talvez, es la mejora 'dupla' de '9' del fútbol mundial cuando se habla en términos de selecciones: Julián Álvarez y Lautaro Martínez.

Los dos arietes no necesitaron jugar juntos (es más uno sustituyó al otro) para decidir el estreno cada uno con un tanto que amplía la rivalidad futbolística entre ellos y que plantea la duda táctica de si Scaloni será capaz de alienarlos conjuntamente al lado de Leo Messi y Di María.

Un choque áspero

La Albiceleste pudo haber liquidado la contienda por la vía rápida. El yanqui Jesse Marsch (que ya entrenó al Leeds United y al RB Leipzig entre otros) arriesgó ordenando una línea defensiva muy avanzada, lo que podría haber acabado en un suicidio porque los argentinos tenían tres balas arriba: Leo, Julián Alvárez y Di María.

Y, precisamente, el Fideo, con una soberbia galopada individual en el minuto 8, lo tuvo todo de cara para marcar, pero, en la hora H, careció de habilidad para superar al cancerbero Crépeau en el uno contra uno.

Los norteamericanos, que habían arrancado un 0-0 contra Francia en el último amistoso de preparación, no se inmutaron y ejecutaron su plan, con un fútbol físico y rápido con el que se estrelló una campeona del mundo inquieta y atragantada.

Alphonso Davids avisó en un libre directo, y a Dibu Martínez le tocó hacer el milagro del día sacando un cabezazo a bocajarro del mediocentro del Oporto, Stephen Eustáquio, al filo del descanso.

Los goles como analgésicos

Los sobresaltos despertaron a los de Scaloni, que encararon el segundo tiempo con otro aire. Con la sabiduría de aquel que domina los tempos, subieron uno o dos tonos para desarbolar a los canadienses con un fútbol preciso de combinación.

En una jugada colectiva, generada con criterio por el flanco derecho, desembocó en un choque de Mac Allister con el portero canadiense y el rebote cayó a los pies de Julián Álvarez que no perdonó (min. 49).

El tanto dio legitimidad a la propuesta argentina, que entrada la segunda mitad, mantenía un increíble 92% de aciertos en sus pases.

Con todo en contra, Canadá no bajó la cabeza y se fue a buscar el empate. Los argentinos navegaron muchos minutos y optaron por un juego directo abasteciendo a Leo Messi, que tuvo dos manos a manos de aquellos que en los que ha marcado centenares de veces. En esta ocasión, le faltó un milímetro de precisión. No importa.

Leo es tan grande, que dejó su huella dando una asistencia telegrafiada para que Lautaro Martínez liquidara la contienda en el minuto 88.