Con búho o sin búho, otro golpe bajo para el Barça

Hace un mes que el Barça de Xavi no compite bien o no ‘mata’ los partidos. Una nueva decepción en un proyecto que aún no coge altura

Las hechuras de un equipo grande que aspira a dejar impronta se mide precisamente cuando se enfrenta a sus iguales

Dembélé en una acción con Carvajal. El galo no tuvo su día en el Bernabéu...

Carvajal, en una acción con Dembélé / Valentí Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

El búho. El FC Barcelona se presentó en el Santiago Bernabéu con un búho dibujado en el frontal de la camiseta. Se le relaciona al búho con la sabiduría y la intución, protege contra el mal de ojo y se coloca en collares como señal de buena suerte.

A la hora de la verdad, ni por esas, porque en los últimos partidos este Barça se ha caracterizado por no saber agarrar a sus presas, algo en lo que sí son especialistas los búhos. En lo terrenal, es obvio que el Barça de Xavi no está compitiendo bien. Lo reconoce él mismo en un arranque de sinceridad que también debería asumir la propia cúpula del club. Y no es flor de un día, algo circunstancial, viene ocurriendo desde el último parón de selecciones.

Las hechuras de un equipo grande que aspira a ser dueño de su destino y a dejar impronta, se mide precisamente cuando se enfrenta a sus iguales, a los grandes. Y en ese terreno, el Barça de Xavi, por una cosa u otra, ha pisado arenas movedizas. Se ha descosido. Ante el Bayern la suerte le dio la espalda (quizá con el búho hubiera sido otra cosa) y en Milán ante el Inter mereció más. Sin embargo, no tuvo un buen día en Mallorca, pudo perder contra el Celta y el Inter, en el Camp Nou, dejó al equipo al borde del precipicio en la Champions League.

El clásico, por lo tanto, se presentaba como la ocasión perfecta para reivindicarse y redimirse. En una palabra, para alzar el vuelo. Y más tomando como referencia el gran Barça que se vio la temporada pasada en el Bernabéu (0-4). Nada que ver este año. Ante un Barça timorato y sin ángel (¡una sola falta en la primera mitad y de Lewandowski!), al Real Madrid le bastó con muy poquito para hurgar en la herida que está supurando este Barça desde hace varias semanas.

Decían ayer Mateu Alemany y Jordi Cruyff, que van al unísono, que este proyecto deportivo todavía está en fase de construcción. Es respetable, desde luego, pero no olvidemos que Xavi ya lleva un año en el cargo y han llegado desde el pasado mes de enero ¡doce jugadores nuevos!  Veamos el vaso medio lleno. No queda otra. Es cierto que el Madrid sale reforzado del clásico y apuntala su liderato, pero queda mucha Liga y ese debe ser el gran objetivo de este Barça: ganarla.

Las expectativas creadas alrededor de este proyecto no se están cumpliendo a día de hoy, así que no hay más remedio que hacer un acto de fe.