El Bayern pierde autoridad sin Lewandowski

Tras la salida del polaco, los bávaros podrían estar echando en falta la presencia de un '9' puro

Matthijs De Ligt jugó de delantero centro en los últimos minutos frente al 'Gladbach

Acción del encuentro entre el Bayern y el Mönchengladbach

Acción del encuentro entre el Bayern y el Mönchengladbach / @FCBayern

SPORT.es

SPORT.es

Cuando se haga el balance de la temporada actual del Bayern se recordará sin duda el día que el Borussia Mönchengladbach le arrancó un empate en el Allianz Arena y tal vez también el hecho de que en los minutos finales Matthijs De Ligt jugó de delantero centro.

La pregunta es si esto último se recordará como poco más de una anécdota o si se aludirá a ello como un recurso que luego volvió a aparecer en la fase final de partidos complicados.

El tema es relevante en la medida en que tiene que ver con si el Bayern, tras la marcha de Robert Lewandowski, echará en falta la presencia de un '9' puro, o si normalmente le bastará su fútbol de combinación con varios falsos delanteros centro que rotan posiciones.

Mandar a un central a jugar de '9' suele ser un recurso desesperado. Probablemente, si Eric Maxim Choupo-Moting, convaleciente de una operación, hubiese estado en el banquillo hubiera sido él quien hubiera entrado.

Thomas Müller, después del partido, defendió la decisión de su entrenador, Julian Nagelsmann, y dijo que, después de que el Bayern lograra el empate, era de esperar que el Gladbach se encerrara aún más en su propia área y que no iba a haber espacios para llegar combinando.

Se necesitaban centros al área y un cabeceador. No era que el Bayern no hubiese llegado a puerta a lo largo del partido. La hoja de estadística mostraba 32 remates, 20 de ellos a puerta, de los que el meta del Gladbach, Yann Sommer, había parado 19.

"Normalmente 32 remates deben alcanzar para tres puntos", dijo Nagelsmann después del partido.

Nagelsmann está convencido de que normalmente el sistema que ha desarrollado tras la marcha de Lewandowski funcionará. Solo excepcionalmente habrá que recurrir a un plan B.

Incluso se mostró convencido de que, al margen del resultado, el partido ante el 'Gladbach fue uno de los mejores que ha hecho el Bayern en lo que va de temporada.

El gol en contra, recordó Nagelsmann, fue producto de un error puntual. El equipo no permitió mucho atrás. Y delante tuvo llegada para ganar. Solo faltó eficacia en el último remate y esa eficacia es de esperar que vuelva a ser la de los partidos anteriores.

Cuando el primer gol llega pronto todo se hace luego más fácil, como ocurrió en las goleadas por 0-7 ante el Bochum y por 1-6 ante el Einchtracht. El Wolfsburgo fue más duro, pero el 2-0 fue inapelable.

La estrategia de los rivales parece ser cerrar el centro -el Wolfsburgo jugó con cuatro centrocampistas de contención- y procurar obligar al Bayern a abrir el juego a las bandas. El Gladbach lo logró durante buena parte del partido pese a lo cual se produjeron más de 30 remates.

La verdadera prueba para el Bayern vendrá cuando empiece la Liga de Campeones, que abrirá con un duelo a domicilio ante el Inter, justo un equipo que tiene la capacidad de hacer las dos cosas que al Bayern más le incordian: cerrar espacios atrás e intentar contragolpear.

Sin embargo, ya el sábado tendrá como rival a un equipo, el Union Berlín, que se ha mostrado acertado en esos dos aspectos y que actualmente es segundo en la Bundesliga, por detrás del Bayern, con el que empata a puntos.

Entran las dudas

Con el empate ante el Borussia Mönchengladbach la euforia de las primera jornadas sin duda habrá bajado un poco, lo que puede ser beneficioso para el trabajo de Nagelsmann, que encontrará seguramente mayor receptividad a la hora de mejorar ciertos aspectos.

El reto de Nagelsmann, sin embargo, más que el sistema, es la gestión del vestuario porque cuando no haya lesiones ni sanciones tendrá que dejar en el banco a pesos pesados.

Entre Thomas Müller, Jamal Musiala, Leroy Sané, Kingsley Coman, Serge Gnabry y Sadio Mané normalmente tiene que hacer dos descartes y todos han hecho méritos para seguir jugando cuando han estado en el campo.

Atrás, mientras tanto, Upamecano, De Ligt y Lucas Hernández se disputan los dos puestos de la pareja de centrales.