La 'redención' de Ousmane Dembélé

El extremo de Vernon tardó un par de minutos en ahogar los pitos del Camp Nou; se dedicó a hacer lo que mejor sabe y lo hizo con brillo

Obviamente nadie olvida la situación vivida y su actitud con el club en la negociación, pero en lo meramente deportivo es innegable que marca diferencias

FC Barcelona - Nápoles | La pitada a Dembélé cuando entró al campo

La pitada a Dembélé cuando entró al campo por Adama en el encuentro ante el Nápoles en el Camp Nou / TELEFÓNICA

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Nadie puede ni debe olvidar lo que ha sucedido estos últimos meses con Ousmane Dembélé. El jugador no ha sido respetuoso con el club, ha ido dando largas respecto a su renovación, su representante ha jugado con el club. 'Dembouz', uno de los futbolistas más queridos hasta hace nada por la grada, de los pocos capaces de levantar pasiones en el difícil contexto del Barça, decepcionaba por completo a la afición.

Una vez llegados a ese punto, la cúpula del Barça puso en manos de Xavi la decisión de contar o no con el extremo de Vernon. Y el de Terrassa, que no había escondido su predilección por el galo, consideró que era un activo que no podía echar a perder. Banquillo en el primer partido 'postcrisis' ante el Atlético, buenos minutos en en el RCDE Stadium y, ante el Nápoles, momento de exponerlo públicamente ante el Camp Nou.

DEMBÉLÉ, CAPAZ DE ABSTRAERSE

El partido no estaba yendo por los derroteros que esperaba el entrenador del cuadro azulgrana y decidió echar mano de su jugador más desequilibrante. Sonora pitada en el momento de ingresar al campo. Pero si algo tiene Ousmane es que es capaz de mantenerse ajeno a todo el ruido y hacer lo suyo. Nada más entrar se puso a desbordar, a caracolear y a volver loco a Juan Jesús. Apenas precisó de un par de intervenciones, de unos cuantos minutos, para ahogar el sonido de viento de la grada.

De ahora en adelante, parece que la relación entre el barcelonismo y el futbolista será meramente deportiva. Hasta que termine su vinculación contractual, será un trabajador más y, como tal, se tragará con él. No trascenderá ya al plano emocional, pero hay que aceptar que el '7' es diferencial. A partir del 1 de julio lo será para otro equipo, sí, pero hasta entonces defiende la camiseta azulgrana. Xavi así lo ha decidido y quedan cosas muy importantes en juego. Y ese equilibrio entre frustración y respeto y no torpedear la marcha del equipo es muy fino.