El lado más humano de Hansi Flick

Hansi Flick nació hace 59 años en Heidelberg, ciudad a medio camino entre Frankfurt (al norte) y Stuttgart (al sur). Dicen de él que es un hombre calmado, buena gente y pacificador, alérgico al conflicto, como señalaba Jupp Heynckes hace un tiempo en 'Bild': "No es alguien al que le guste iniciar una discusión". De hecho, el mismo medio alemán aseguraba que lo único que realmente le molesta es que le llamen por su nombre completo: Hans-Dieter Flick. Los futbolistas del Barça, si evitan este pequeño detalle, tendrán mucho ganado con él.

Flick: "Mi filosofía de ataque encaja con la del Barça"

El nuevo inquilino del banquillo blaugrana es, usando un lenguaje plano, una persona normal cuyo eje alrededor del que su vida gira es la familia. Su esposa Silke, a la que conoció cuando tenía 18 años (ella tenía tres menos) en Bammental (ciudad natal de Silke, cercana a Heidelberg), sigue siendo su esposa desde hace más de cuarenta años. Con ella tuvo dos hijas, Kathrin y Hannah, y ahora también disfruta de sus dos nietos. Lothar Matthäus es padrino de Kathrin. La familia regentó durante más de veinte años una tienda de deportes en Bammental, donde también fijaron su residencia. El negocio cerró en 2017.

Su gente más cercana es tan importante para él que incluso tiene muy en cuenta que también lo sea para sus futbolistas. Lo demostró siendo entrenador del Bayern de Múnich. El equipo se vio obligado a realizar un stage antes de la Champions de 2021 en el que, por supuesto, hubo muchas precauciones para evitar el contagio del covid. Sin embargo, Flick permitió que los jugadores pudieran estar acompañados de sus familiares. Parece lógico que en el Barça mantenga sus costumbres en lo que a este aspecto se refiere.

La peor época de su vida

Pero lo cierto es que no todo ha sido un camino de rosas a nivel personal. Tras el Mundial de 2010, Silke recibió una muy mala noticia: le diagnosticaron cáncer de mama. El propio Hansi habló de ello en un libro publicado en septiembre de 2022: "Tuve miedo como nunca lo había sentido antes. Admiro a mi mujer por la fuerza y la calma interior con la que dominó la difícil situación. Mucho más habitualmente que ella, me iba a dormir con lágrimas en los ojos". Aquella experiencia le permitió ver la vida de otra forma: "Hay cosas más importantes que el fútbol".

Más allá de la familia, el fútbol centra prácticamente todo su tiempo y se muestra siempre como alguien dialogante, dispuesto a encontrar un punto de encuentro sea cual sea el problema. Obviamente, cuando debe ejercer su función como máximo responsable técnico del equipo lo hace sin pestañear, pero su día a día es el de una persona cuyo liderazgo no ejerce con vara de mando, sino con la empatía y la imperiosa necesidad de generar un buen ambiente. A nivel de aficiones, le encanta jugar a pádel y viajar a Ibiza de vacaciones. Si sus responsabilidades se lo permiten, en Barcelona tendrá tiempo para darle a la pala y las pitiusas no quedan lejos...