Gavi, el líder millennial

No por exhibirse fin de semana sí y fin de semana también deja de tener mérito. La regularidad con la que se ha adaptado Gavi al fútbol de élite es digna de estudio y frente al Celta de Vigo volvió a dar una 'masterclass' en el centro del campo. Desde que debutó con el primer equipo en la tercera jornada de la temporada pasada, tan solo se ha perdido cuatro partidos de los 58 que se han disputado: dos por sanción y dos por positivo en Covid-19. Siempre que ha estado disponible, ha jugado. Imprescindible.

Con 18 años recién cumplidos es inamovible en los esquemas de Xavi Hernández en el Barça, pero también en los de Luis Enrique en la selección española absoluta. Su rendimiento ha sido mucho más que notable en estas dos campañas con un estilo único. Guerrero, sin achicarse ante rivales que le doblan la edad, cordones desatados y lengua en la mejilla. El sevillano danza sobre el tapete del Camp Nou como si lo hiciese por las calles de Los Palacios y Villafranca, su pueblo natal.

No le tiene miedo a nada ni nadie y ante el cuadro vigués -que fue nombrado MVP del partido- quedó más que demostrado. Para muestra, un botón: la acción con Óscar Rodríguez en la que es agarrado por el cuello de forma violenta.

También firmó una doble recuperación en menos de cinco minutos, primero a Gabri Veiga y, posteriormente, a Iago Aspas de forma más que limpia para iniciar sendos contraataques. Levantó de sus asientos a los 81.525 espectadores que asistieron al Camp Nou. Los decibelios fueron similares a los de la asistencia que sirvió desde la banda izquierda para que Pedri abriese la lata, aprovechando el mal despeje de Unai Nuñez.

Presente y mucho futuro

Su techo parece no tener fin y su margen de mejora ni tan siquiera se vislumbra todavía. Bien es cierto que aún tiene muchas asperezas por pulir: su temperamento, por ejemplo, el que tanto le define, en ocasiones le acaba jugando en contra.

Sin ir más lejos, la temporada pasada vio 15 tarjetas amarillas. No obstante, su dominio con el cuero en los pies, su envidiable entendimiento del juego es, prácticamente, inaudito. Su juego es una oda al fútbol de barrio, el de las plazas y el de los parques. El de los partidos que empezaban a las cinco de la tarde y se alargaban hasta la hora de cenar.

Xavi Hernández: "Gavi tiene una madurez muy buena en el juego"

Quizá algunos les puedan restar valor por el camino que le allanó Pedri, haciendo que su precocidad y talento no tenga la relevancia que merece. El tinerfeño inició una trayectoria similar en 2020 y el canterano se le unió un año más tarde como compañero de viaje.

Ambos forman una dupla que está llamada a dominar el centro del campo del Barça durante la próxima década. 1.452 minutos han coincidido ambos sobre un terreno de juego, o lo que es lo mismo: 31 partidos. La pareja de baile a la que todos los focos apuntan y la que despierta cada vez más envidia y admiración. A partes iguales.