Las 4 duras lecciones que dejó la debacle del FC Barcelona en Turín

El FC Barcelona fue barrido por la Juventus (3-0) en la ida de los cuartos de final de la Champions League

El FC Barcelona fue barrido por la Juventus (3-0) en la ida de los cuartos de final de la Champions League / Valentí Enrich

David Salinas

David Salinas

El naufragio del FC Barcelona en Turín invita a la reflexión. No fue la primera vez que el equipo de Luis Enrique se descompone y ofrece una imagen débil y vulnerable. Pero más grave que la severa derrota en el Juventus Stadium (3-0) fueron las sensaciones. El equipo afronta la recta final de la temporada con muchas dudas y una gran inseguridad.

El propio Luis Enrique lo reconoció al final del partido. El entrenador asturiano, que en otras situaciones era el primer en rearmar el grupo, en esta ocasión aseguró que su equipo estuvo "nefasto" y que lo que vio en la primera mitad "fue muy grave". De todas formas, igual cambió de estrategia y lo que buscó con estas duras declaraciones fue la reacción, pero por otra vía...

El Barça no estuvo a la altura y fue penalizado gravemente en Turín por una Juventus que, sin hacer nada del otro mundo, sacó petróleo de la indolencia azulgrana, así como de las jugadas a balón parado, auténtica cruz para el equipo azulgrana, y no solo esta temporada...

Estas son 4 de las claves de la debacle del Barça en Turín:

1. La alineación

No era un partido para experimentos ni tomar riesgos innecesarios. Los números de la Juventus daban miedo como local y siendo una eliminatoria a doble partido había que gestionarla correctamente para que se decidiera en el Camp Nou. No fue así. Y es que la alineación del Barça no ayudó. Ni el dibujo. El 3-4-3 dejó muchos espacios atrás. Mathieu evidenció lagunas (especialmente en el 1-0 a los 7 minutos de juego) y la posición de Rakitic, en la punta del rombo para iniciar la presión alta, no fue determinante. Con el croata tan adelantado el centro del campo azulgrana perdió peso específico.

2. Falta de intensidad

El FC Barcelona no salió con la concentración ni la intensidad que el partido requería. No marcó territorio, especialmente atrás, con marcas contundentes y anticipación. El ejemplo de esta carencia quedó patente muy pronto, en el minuto 3, cuando Higuaín, de cabeza, firmó la primera oportunidad. Y en el 7, cuando Mathieu puso la alfombra roja a Cuadrado para que entrara dentro del área, levantara la cabeza y asistiera con toda la tranquilidad del mundo a Dybala.

El argentino, igualmente, pese a la presencia de Iniesta, tuvo tiempo de darse la vuelta y armar la zurda para poner el balón lejos del alcance de Ter Stegen. El Barça fue penalizado por la indolencia inicial y acabó pagando un elevedo precio al final.

3. Irrelevancia del tridente

El tridente sumó en Turín el segundo partido sin ver puerta. La MSN, que no anotó en Málaga, siguió bajo mínimos en la Champions. Ni Messi, Suárez ni Neymar marcaron la diferencia en un partido en el que se espera lo mejor de ellos. Pero el argentino, que jugó más minutos pegado a la banda derecha que en el centro, apenas tuvo relevancia en el juego. Solo brilló en una asistencia a Iniesta que pudo suponer el 1-1. El uruguayo, por su parte, sin recibir balones, solo aportó lucha, coraje, pero poco más. Insuficiente para un delantero. Y el brasileño, diluido, quedó desdibujado. 

4. Sin fondo de armario

El partido requería de fondo de armario para reaccionar. Sin embargo, parece que ni Luis Enrique cree en lo que tiene en el banquillo. Solo acudió a André Gomes tras el descanso, y lo hizo para rearmar la zona ancha, donde Mascherano sufrió mucho. Con el portugués en el pivote defensivo, el argentino pasó al lateral derecho y el equipo quedó más compensado, aunque incapaz de reaccionar. Si en el banquillo no tiene ningún as para agitar el partido, sucede lo que sucede. No pasa nada, no se genera la anhelada sensación de reactivación.