Los años del Barça en el abismo

Enric Calpena retrata en su último libro, 'En guerra', los entresijos del Barça durante la Guerra Civil

"Suñol tenía previsto dimitir pero cuando fue fusilado aún era presidente", recuerda el periodista

Enric Calpena ha publicado 'En guerra'

Enric Calpena ha publicado 'En guerra' / EFE / MARTA PÉREZ

Dídac Peyret

Dídac Peyret

A Enric Calpena (63 años, Barcelona) no le gusta el fútbol y su padre era del Espanyol, pero en los últimos años se ha sumergido en la identidad del Barça, primero a partir de la figura de Gamper y ahora en los años de la Guerra Civil, como pretexto para hablar de la historia de Catalunya.

Calpena recrea en su último libro como sobrevivió el Barça durante los años convulsos de la guerra y qué personajes contribuyeron a sostener la entidad. Josep Suñol, el presidente fusilado por el franquismo (también el que ensanchó el relato del club con su idea de deporte y ciudadanía) aparece de manera breve para poner el foco en personajes menos reivindicados.

“El primero que reivindicaría es Rossend Calvet”, señala Calpena. “Fue secretario dentro de la junta y sacrificó parte de la vida familiar para que el club tirara hacia adelante. Es una figura clave para salvar el club durante la guerra. Otro personaje es Manuel Torres, que era el suegro de Calvet, que era el portero literalmente del campo de Les Corts y se convirtió durante su vida en un gran amigo de los jugadores e incluso asesoraba a presidentes”.

Calpena resalta como detrás de estos héroes olvidados también habían razones más prosaicas. “Todos ellos salvan al Barça pero por un doble motivo: por amor al club, pero también por el deseo de mantener un lugar de trabajo y no perder una estabilidad que habían conseguido”.  

El periodista desmiente también una de las leyendas que acompañan a Suñol: la posibilidad de que ya no fuera presidente del Barça cuando lo mataron. “Antes de la guerra tenía previsto dimitir porque su vida política era muy intensa y además dirigía el diario ‘La Rambla’. Pero lo único que había expresado era el deseo de dejar de serlo, pero la Junta no estaba de acuerdo”.