FIN DE PRODUCCIÓN

Ford pone fin a la producción del B-Max

La aparición de los B-SUV y los malos datos de ventas acaban con el monovolumen Ford B-Max.

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Ford B-Max. / motor

En la historia de la automoción han sido muchos los momentos clave para segmentos determinados y, como todo en esta vida, la moda pasa. Eso mismo ha sucedido con los monovolúmenes, unos coches que pese a su funcionalidad y practicidad están despareciendo poco a poco ante la llegada de los SUV. Hace apenas 10 años nadie auguró que el segmento mimado del mercado se vería tan comprometido pero los caminos del destino son inescrutables y los usuarios han hablado alto y claro: los prefieren camperos.

En plena debacle de las ventas de monovolúmenes muchas marcas han optado por actualizarlos y crossoverizarlos, dándoles una estética más SUV sacrificando parte de su ADN: el espacio interior. Un ejemplo sería el nuevo Renault Scenic, que luce una imagen moderna y deportiva pero que poco tiene ya de coche familiar. Otros, en cambio, han decidido dar carpetazo con sus modelos menos vendidos y por eso hoy debemos lamentar la desaparición del Ford B-MAX.

De poco han servido sus dos puertas correderas, un espacio por encima de sus rivales y un comportamiento dinámico más versátil para hacer frente a la llegada de los todocaminos al segmento B.  Audi con su Q2, el Hyundai Kona, el Opel Crossland y muchos más han llegado para quedarse. Pero su rival no se encuentra fuera de casa, más bien al contrario. Durante el pasado Salón de Los Ángeles la firma del óvalo presentó el restylting del Ford Ecosport, el pequeño de la gama SUV, que empezará a ser fabricado en octubre y que podremos ver durante el próximo Salón de Frankfurt. El coliseo ha decidido, el Ford B-Max debe morir.