ABARTH 124 SPIDER

Abarth 124 Spider: el dálmata volador

El 124 Spider se aparta de la revolución tecnológica para ofrecer una experiencia de conducción dinámica.

Abarth 124 Spider: el dálmata volador.

Abarth 124 Spider: el dálmata volador. / JORGE BRICHETTE

Rafa J. Cid

Rafa J. Cid

En esta época en la que las sensaciones virtuales comienzan a ser tan importantes como las reales, los coches se hacen autónomos y la seguridad se garantiza eliminando todo posible riesgo, es una excelente noticia que sigan naciendo coches como este Abarth 124 Spider, que te pone la piel de gallina en las curvas, sobre las que te deja mando absoluto para divertirte, y que permite desconectar la electrónica. Vamos a analizar a fondo este nuevo parque de atracciones para conductores dinámicos.

{"zeta-legacy-red-text":{"text":"Empecemos por el paritorio.\u00a0<strong>El Fiat 124 Spider es fabricado en la misma factor\u00eda que el Mazda MX-5<\/strong>, en Hiroshima, lugar donde se le montan los motores Fiat, que,\u00a0<strong>al contrario que los que utiliza el modelo japon\u00e9s, son turbo de baja cilindrada y no atmosf\u00e9ricos.<\/strong>\u00a0Tras un largo periplo desde el Pa\u00eds del Sol Naciente hasta el de los\u00a0<strong>C\u00e9sares<\/strong>, se le montan\u00a0<strong>en la factor\u00eda de Mirafiori elementos est\u00e9ticos propios, un escape Monza, frenos Brembo y amortiguadores Bilstein<\/strong>, dando como resultado el Abarth 124 Spider."}}

En pocas palabras, como iremos viendo, estos cambios, unidos a la mayor potencia de su bloque 1.4 de 170 CV –10 más que el MX-5 más potente–, le convierten en el modelo más divertido de los tres hermanos mellizos. Sin embargo, su sobreprecio de 13.000 euros (38.000 en total) puede no justificar esta diferencia.

ESTÉTICA

Donde algunos ven un coche pintado como un dálmata, en blanco y negro, los incondicionales del automovilismo sentimos al continuador de aquellos Abarth 124 Spider Rally de 1968 (que nacieron así vestidos), que participaron en el Mundial de Rallyes y fueron la primera piedra del poderoso equipo de competición del Grupo Fiat, que logró innumerables éxitos. Por tanto, a su atractivo de biplaza descapotable, muy bajo y de aspecto deportivo, se une un notable regusto histórico, sensaciones que sientes nada más verlo. En la sesión de fotos, más de un incondicional se nos acercó para preguntarnos por él, cosa que solo ocurre con los deportivos más exclusivos.

Su carrocería es diferente a la del Mazda, su longitud es unos 13 cm mayor –por los voladizos, la batalla es la misma– y, frente al Fiat, además de los colores opcionales, añade parrilla específica tipo panal de abeja o defensas, la delantera con una línea roja inferior –color también de los espejos–, y en la zaga, doble salida de escape. Llantas y preciosos escudos Abarth redondean la jugada.

Su conducción es diversión en estado puro.

Al entrar en su interior, casi te dejas caer en el asiento, tan bajo está, y el espacio para los pasajeros es el justo: las personas voluminosas pueden sentirse agobiadas. En el hueco para las piernas del acompañante sigue molestando, como en el Mazda y el Fiat, la invasión de su espacio por la caja de cambios. La posición de conducción es muy deportiva, y volvemos a palpar ambiente único Abarth en la decoración específica, con placa numerada, relojes y costuras en rojo, y piel vuelta en el salpicadero. Mazda y Fiat 124 son menos deportivos visualmente.

En cuanto a la capota, su elección en material blando y de accionamiento manual es fundamental para la filosofía de este coche: pesa menos que una rígida eléctrica, ocupa también menos –no roba espacio al maletero– y hace al coche más asequible. Podemos abrirla y cerrarla en un parpadeo, y desde el habitáculo, aunque los menos hábiles quizá deban levantarse del asiento para hacerlo. En todo caso, el mecanismo es muy sencillo.

MOTORES

{"zeta-legacy-red-text":{"text":"Como esbozaba,\u00a0<strong>el propulsor 1.4 MultiAir del Abarth, el mismo que monta el Fiat, es turboalimentado,<\/strong>\u00a0y esto supone una gran diferencia frente al bloque 2.0 atmosf\u00e9rico del Mazda MX-5.\u00a0<strong>El motor italiano tiene m\u00e1s par, 250 Nm, y m\u00e1s potencia, 170 CV<\/strong>, que llegan adem\u00e1s, en ambos casos, a un r\u00e9gimen m\u00e1s bajo.\u00a0"}}Una de sus claves es el sistema que le da nombre, MultiAir, patentado por Magneti Marelli y capaz de gestionar electrohidráulicamente la apertura de las válvulas, controlando de forma totalmente variable la entrada de aire en los cilindros para mejorar las prestaciones cuando aceleramos a fondo o bajar los consumos cuando avanzamos a punta de gas.

Las prestaciones son espectaculares, muy superiores a las de casi cualquier modelo de semejante potencia gracias al peso del conjunto: tan solo 1.135 kilos. Son algunos más que sus mellizos, pero gracias a su mayor potencia y par les supera en prestaciones a ambos.

La fuerza es entregada a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de 6 relaciones asociada a un autoblocante.

EN MARCHA

Todo son sensaciones nada más arrancar: el sonido del escape Record Monza es mucho más sonoro y grave que el de sus mellizos. Al acelerar sientes un avance fulgurante que parece superior a los 170 CV que manejas con el pie derecho, gracias sobre todo a la comentada ligereza, y que es fomentado por la perfecta tracción al arrancar a fondo, ayudada por la tracción trasera y el autoblocante. Y al llegar a las curvas, el equipo de frenos Brembo logra un excelente rendimiento, fomentado de nuevo por el bajo peso del Spider, y que se corresponde con un tacto del pedal muy firme, sin ser brusco, que garantiza una excelente precisión en la deceleración.

La amortiguación independiente en ambos ejes (doble triángulo delante y multibrazo detrás), junto con una elevada dureza de su ajuste, a lo que sumamos un chasis con un bajísimo centro de gravedad, hacen que este Abarth sea pura delicia en las curvas. Entra en ellas a la perfección, y el momento crítico se produce al llegar al vértice y volver a acelerar. En ese instante, la trasera cobra todo el protagonismo, el autoblocante entra en acción si verdaderamente conducimos al límite y el avance es pura pasión. Puedes conducir con poco giro de volante, utilizando el acelerador para manejar la trasera, y esta es muy viva sin llegar a ser nerviosa. Totalmente reactiva a tus acciones.

{"zeta-legacy-red-text":{"text":"<strong>En sus reglajes todav\u00eda no ha influido el \u201ccontrol Porsche\u201d,<\/strong>\u00a0firma que mec\u00e1nicamente\u00a0<strong>fomenta un poco de subviraje\u00a0<\/strong>para evitar el sobreviraje<strong>\u00a0y que temo ir\u00e1 extendi\u00e9ndose a m\u00e1s coches.<\/strong>\u00a0No:\u00a0<strong>el Abarth es natural como la vida misma, y adem\u00e1s permite apagar al 100% los controles electr\u00f3nicos<\/strong>\u00a0para que puedas mandar sobre la f\u00edsica:\u00a0<strong>perfecci\u00f3n m\u00e1xima si conduces sobre ra\u00edles; diversi\u00f3n m\u00e1xima si dejas al coche deslizar.<\/strong>\u00a0Y entre ambos mundos,\u00a0<strong>pisando al primero incluso en el caso de los conductores m\u00e1s h\u00e1biles, esa comentada t\u00e9cnica de hacer que el coche gire un poco m\u00e1s<\/strong>\u00a0de lo que marca el volante utilizando el gas, sin que apenas llegue a deslizar. Creo que me he enamorado\u2026"}}

Autoblocante, bajo peso y escape le convierten en un coche de lo más racing.

El botón Sport influye sobre la entrega de fuerza del motor, la asistencia de la dirección o los controles de estabilidad, pero no marca diferencias claves. Mientras, es tremendamente destacable el tacto de la caja de cambios manual, firme y precisa.

VUELTA A CASA

Al dejar los tramos, la amortiguación Bilstein atesora la suficiente calidad para, además de garantizar eficacia máxima en los giros, proporcionar al Abarth 124 Spider un confort suficiente de marcha, sin tirar cohetes. Eso sí, a pesar de ser el más caro de sus hermanos, no es el mejor equipado, y si queremos luces y limpiaparabrisas automáticos o sensor de aparcamiento trasero hemos de pagarlos aparte, por unos 1.800 euros más.

{"zeta-legacy-red-text":{"text":"<strong>En definitiva, el Abarth 124 Spider es una joya, un bomb\u00f3n est\u00e9tico que te pasea a cielo abierto<\/strong>\u00a0y que tiene pisada de deportivo puro.\u00a0<strong>Es, adem\u00e1s, el mejor en dinamismo entre sus hermanos mellizos de Fiat y Mazda.<\/strong>\u00a0Sin embargo, su sobreprecio es excesivo y solo deber\u00e1n pagarlo aquellos que valoren especialmente su recuerdo hist\u00f3rico y el plus de dinamismo que posee.\u00a0<strong>El MX-5 2.0 cuesta mucho menos y es casi igual de apasionante<\/strong>\u00a0(tiene autoblocante y su motor sube de vueltas como la espuma), y\u00a0<strong>si quieres el 90%<\/strong>\u00a0de la experiencia deportiva y a\u00fan menos gasto, entonces\u00a0<strong>el MX-5 de 131 CV es el m\u00e1s recomendable.<\/strong>"}}