Griezmann vuelve su silla a la mesa

El delantero galo ha recuperado su mejor versión de siempre, aquella que lo sentó a comer en la mesa de Messi y Cristiano

Es el tercer jugador que más puntos ha dado a su equipo (7) con sus goles este curso tras Borja Iglesias y Brais

Betis - Atlético de Madrid | El doblete de Griezmann

Griezmann salvó al Atleti en el partido ante el Betis con un doblete y golazo incluido en el Benito Villamarín / LALIGA

Alba López

Tras un inicio de temporada marcado por sus reiterativas suplencias a causa de la tacañería de su club para pagar su fichaje al Barcelona, Antoine Griezmann está de regreso. Y ha vuelto a su mejor nivel de siempre, aquel que lo sentó a comer a la mesa junto a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo entre 2017 y 2018, cuando Francia se coronó como campeona del mundo con el 'Principito' como estrella principal de un elenco de jugadores sensacional.

Sus dos goles ante el Betis son la última prueba de que Griezmann ha recuperado el hambre que llevó al Barcelona a abonar al Atlético en verano de 2019, 120 millones de euros por su pase. Tras fracasar, en cierto modo, en el Camp Nou, donde nunca llegó a hacer migas con Messi, el delantero francés tomó el camino de vuelta a la capital a petición de expresa de Simeone. Su primer año fue decepcionante, pero una vez desbloqueado su fichaje definitivo por los colchoneros, Griezmann vuelve a sonreír, y lo hace de oreja a oreja. En las 11 primeras jornadas de LaLiga ha anotado 5 goles y repartido 3 asistencias. Y eso, a pesar de que sólo promedia 52 minutos por partido

El 'Principito' está, por lo tanto, en sus mejores números de siempre en un inicio de temporada. Únicamente en el curso 16/17 sumaba más goles a estas alturas de la película (6). En la 14/15 acumulaba 2 goles en la jornada 11, en la 15/16 igualaba los 5 de ahora, en la 17/18 había anotado 2 y en la 18-19 (3). Ya en el Barça, consiguió 4 tantos en la 19/20 y 3 en la 20-21. El año pasado sólo había visto puerta en una ocasión al llegar a estas fechas. Habrá que ver, sin embargo, si este despertar repentino no es flor de un día. Una golondrina no hace verano.