Simeone, el señor de los arrepentidos

El técnico argentino es experto en recuperar a jugadores que han salido de la disciplina del Atlético con cierto malestar para hacerlos de nuevo piezas clave.

El caso de Griezmann es el más llamativo. El francés se fue al Barça y pese al malestar en la afición del Atlético, en su vuelta se ha ganado ser ídolo de nuevo.

Diego Simeone, entrenador del Atlético

Diego Simeone, entrenador del Atlético / EFE

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Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, es muchas cosas al mismo tiempo. Además de técnico leyenda con los colchoneros (el preparador más longevo en el actual campeonato y el que más jornadas consecutivas ha dirigido en la historia del campeonato con 442 partidos… y subiendo), es también un excelente gestor de personas capaz de milagros deportivos. De retornos impensables. Algo así como un domador de arrepentidos. Que se lo digan a Griezmann, Morata, Carrasco, Saúl… todos ellos se marcharon un día del Atlético y volvieron con la cabeza gacha, sabedores que en el Metropolitano y bajo la batuta del Cholo, rindieron mucho mejor que allende Madrid. De ahí que el caso de Joao Félix sea llamativo.

El portugués es de los pocos futbolistas que no sólo no ha retornado con humildad tras fracasar fuera del Atlético, sino que se ha venido arriba con exigencias impropias de su rendimiento reciente y lejano. Su cesión al Chelsea fue un fiasco: 20 partidos, sólo cuatro goles, ninguna asistencia. Peores guarismos que los que había sumado en la primera mitad de campaña con el Atlético. Pero el chaval, lejos de abrazar el mensaje redentor y humilde del que hace bandera su club, se ha enrocado en una posición de salida que sólo señala al Cholo como culpable de sus males.

Una situación que lo deja en el limbo del mercado (el Barça podría ser su destino final), pero que en absoluto parece estar dañando las opciones de un Atlético que ha comenzado sólido la temporada (victoria ante el Granada y empate contra el Betis) y que sigue confiando en poder hacer una gesta importante este curso. Por ahora, en los pronósticos de Betfair, sigue siendo el gran tapado, con una cuota de 9.5€ por euro apostado a que se lleva el título, por detrás del Real Madrid (cuota 1.63) y del FC Barcelona (cuota 2.8).

El paradigma de Griezmann


Griezmann, en un ejercicio de fraternidad, ya avisó recientemente a Joao Félix de que la senda que debía seguir era otra a su actual estrategia. “Lo viví también porque me lo busqué”, empezó a explicar en una reciente entrevista durante la gira colchonera en EEUU. “Había hecho daño al club. Y lo mejor que hice fue callarme y trabajar, ser uno más e intentar entrar en los planes del míster, del club”, repitió ‘El Principito’. Su ejemplo es quizá el mejor para explicar esas capacidades redentoras de Simeone.

Griezmann abandonó el Atlético de Madrid en 2019, después de haber protagonizado un año antes un documental para explicar su decisión de seguir en Metropolitano y no marcharse al Barça. Pero sólo doce meses después, la tentación blaugrana lo captó para su proyecto. Lo hizo, eso sí, para dejar de ser estrella y convertirse en un acompañante más de Messi y las estrellas culés. Un escalón por debajo del protagonismo que tuvo en el Atleti, las cosas no le fueron bien hasta el punto de pedir su vuelta a Madrid.

Retornó en 2021. Su primera temporada de vuelta al Atlético fue discreta: 36 partidos, ocho goles y seis asistencias. La temporada pasada, sin embargo, acabó como uno de los mejores jugadores de LaLiga: 48 encuentros oficiales, 16 goles y 19 asistencias. En la senda de ser el Antoine de toda la vida en la capital.

El mensaje de arrepentimiento cuajó en el Cholo y aunque le costó que la afición lo perdonase, su trabajo diario cumplió con el cometido hasta devolverle el estrellato que muchos pensaban que jamás tendría. En esa mutación fue clave el papel de Simeone. Ha sucedido lo mismo con otros casos.

Saúl, Morata, Carrasco…


Saúl, por ejemplo, hizo el mismo camino de Félix. En el Chelsea apenas gozó de protagonismo y, lo que a su salida parecía una postura inflexible (no le gustaba tener que jugar de lateral zurdo), se convirtió en un mensaje humilde de autocrítica. Ahora Saúl, sin recuperar su posición preponderante, vuelve a ser un jugador trascendental en los planes del Atlético.

Morata partió a la Juventus tras dos cursos en el Atlético y a su vuelta, se enfundó en el discurso del trabajo cholista para considerarse uno más. Incluso este verano, pese a que se buscó su adiós, ha aceptado tener un papel secundario si finalmente se queda en Madrid, a la sombra de Memphis y el mismo Griezmann.

Yanick Carrasco siguió una senda parecida, aunque de recorrido más exótico. En su adiós a China descubrió que fuera del Metropolitano hace mucho frío. Volvió con hambre de sacrificio y ha acabado por convertirse en uno de los alumnos aventajados de Simeone, jugador importante sea de titular o de suplente.