Así eran las trampas más crueles de la guerra de Vietnam: pinchos con orina y minas de fragmentación

La guerra de Vietnam se convirtió en la primera guerra televisada

Helicópteros sobrevolando a soldados norteamericanos en 1965 en Vietnam

Helicópteros sobrevolando a soldados norteamericanos en 1965 en Vietnam / SPORT.es

La guerra de Vietnam fue una de las más sangrientas de la historia reciente, con más de 2,5 millones de muertos. Este conflicto militar se desarrolló entre los años 1955 y 1975 y enfrentó al gobierno de Vietnam del Sur, apoyado por Estados Unidos, contras las fuerzas revolucionarias comunistas y Vietnam del Norte.

Conocida también como la Segunda Guerra de Indochina, el conflicto se recuerda como la mayor derrota de Estados Unidos en un conflicto bélico. Este enfrentamiento no solo desafió la percepción del poder militar, sino que resaltó la importancia de la adaptabilidad y la astucia en el campo de batalla.

Cuando comenzó la guerra Estados Unidos apoyaba a Vietnam del Sur de manera logística, con entrenamiento, armas y municiones; pero en 1965 el país norteamericano envió las primeras tropas y entró de lleno en el conflicto, sin saber que le esperaba una retirada y una derrota.

Y es que el escenario donde se desarrolló la guerra ya jugaba un papel fundamental a favor de los vietnamitas del sur, ya que se desarrollaba en la selva y los estadounidenses no estaban acostumbrados a este tipo de terreno.

El Vietcong fue una organización política y militar que luchó contra el régimen de Vietnam del Sur y contra las tropas estadounidenses y, gracias a su conocimiento del terreno logró crear las trampas más temidas por sus enemigos. Y es que estas trampas no solo hacían daño físico, sino que también infundían terror psicológico.

Las estacas punji, crueles en su simplicidad, eran palos afilados de bambú ocultos bajo la hojarasca, a menudo envenenados con heces o veneno de serpiente para asegurar infecciones en sus víctimas. Las trampas de tablas, más complejas, utilizaban la presión del pie sobre una tabla para activar mecanismos que lanzaban estacas o clavos hacia el soldado incauto.

Los puentes, diseñados para colapsar bajo el peso de quienes los cruzaban, escondían estacas punji en sus profundidades, listas para herir a los caídos. Por otro lado, las trampas de cierre lateral, ingeniosas en su concepción, atrapaban la pierna del soldado entre tablas llenas de clavos, causando heridas incapacitantes.

Además, los vietnamitas utilizaban contra los estadounidenses las minas conocidas como Betty saltarinas, minas de fragmentación herederas de unas minas famosas en la Segunda Guerra Mundial. Cuando se pisaban, salían disparadas y explotaban a unos 90 centímetros del suelo. No siempre mataban, pero sí producían mutilaciones de extremidades y desgarros genitales o emasculaciones.