Sucesos

Confunden los cadáveres de las víctimas del kamikaze de la A-6: se descubre momentos antes de la incineración

Los familiares fueron quienes se dieron cuenta del fatídico error 

Confunden los cadáveres de las víctimas del kamikaze de la A-6: se descubre momentos antes de la incineración

Confunden los cadáveres de las víctimas del kamikaze de la A-6: se descubre momentos antes de la incineración / LOZ

La pasada madrugada del domingo, se produjo un accidente mortal en la A-6. Un kamikaze condujo al menos durante tres kilómetros en sentido contrario por la carretera A-6 hasta estrellarse de frente contra otro coche, un Passat ranchera azul.

El presunto conductor murió en el acto y también perdieron la vida al instante los otros dos ocupantes del otro vehículo: un policía nacional de 44 años y un amigo, de 41. Ambos iban a Madrid a trabajar y, por lo tanto, su muerte se considera un accidente laboral in itinere.

Las primeras averiguaciones han determinado que el supuesto kamikaze, Juan Carlos B. M., había estado de juerga junto a varios amigos en las fiestas de Pozuelo y que regresaba junto a su hermano mayor a su casa en la Sierra de Madrid cuando se equivocó y accedió a la A-6 en dirección errónea. 

Los cuerpos ya se encontraban en los diferentes tanatorios para que las familias se puedan despedir de ellos. A estas, se les había recomendado no abrir los ataúdes por el alto deterior de los cuerpos. Tras mucho insistir, la hermana de Juan Carlos consiguió que le dejaran mirarlo, pero el que estaba ahí, en un tanatorio de Galapagar, no era su hermano.

Por su parte, la familia del policía, había recibido en Ávila al que creían que era el cuerpo de su ser querido. Hasta allí lo había acompañado una comitiva de la policía para homenajearlo. Pero este era el cuerpo de Juan Carlos.

Gracias a que un amigo de Juanqui conocía a otro de la familia de Alberto, ambas familias pudieron ponerse en contacto y cerciorar que los cuerpos habían sido confundidos. Al dolor que causó la muerte repentina de ambos hombres, se le sumó la de este desafortunado error.

Se sospecha que la confusión fue en origen tras el accidente cuando la funeraria Parcesa recogió los cuerpos que estaban muy deteriorados. Fueron etiquetados de forma errónea en ese lugar del percance sin que nadie se diera cuenta del fallo a lo largo del domingo y lunes tras su paso por el Instituto de Medicina Legal y de su posterior traslado a los tanatorios de Ávila y Galapagar (Madrid).