Arantxa Sánchez Vicario, condenada a dos años de prisión por ocultación de bienes

La sentencia condena a su expareja, Josep Santacana, a tres años y tres meses de prisión

El juez considera que hay suficientes indicios de que la extenista y su exmarido Josep Santacana descapitalizaron su patrimonio para eludir el pago de los seis millones de euros 

Arantxa Sánchez Vicario.

Arantxa Sánchez Vicario. / EP

Sandra Artuñedo

Sandra Artuñedo

El pasado mes de septiembre, Arantxa Sánchez Vicario, fue a juicio por ocultar bienes para evitar el pago de una deuda millonaria con el Banco de Luxemburgo. Ahora, el juzgado de lo penal 25 de Barcelona ha condenado a la extenista, que reconoció los hechos, a dos años de cárcel.

Durante el juicio Arantxa culpó de la operación a su exmarido, Josep Santacana, que defendió su inocencia y cargó directamente contra la familia de la deportista; ha sido condenado a tres años y tres meses de prisión. Además ambos deberán indemnizar a la entidad bancaria con 6,6 millones de euros.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, el titular de lo juzgado de lo penal número 25 de Barcelona considera que hay suficientes indicios de que los condenados descapitalizaron su patrimonio para eludir el pago de los seis millones de euros que debían al Banco de Luxemburgo por el préstamo que les dio para pagar una multa de 5,2 millones por fraude a Hacienda.

La sentencia no es firme y puede recurrirse; dado que las penas no son demasiado elevadas, es altamente improbable que la Fiscalía se plantee solicitar su ingreso en prisión provisional a la espera de que haya resolución definitiva.

De hecho, en la sentencia, de hecho, acuerda la suspensión de la pena impuesta en el caso de Arantxa, por lo que incluso si la sentencia termina siendo firme no tendría que ingresar en prisión.

La tesis de la Fiscalía, que ha sido aceptada como válida por Arantxa, es que la pareja se desprendió de los activos -mayoritariamente inmobiliarios- para evitar el pago de la deuda. En aquel momento la deportista poseía viviendas de lujo en Barcelona, la Costa Brava y el Pirineo catalán. Siguiendo las "consignas" de Santacana y mediante testaferros, la pareja vendió esas propiedades y traspasó las ganancias a sociedades en Estados Unidos gestionadas, siempre según la acusación, por el empresario.

La estrategia de Arantxa

La estrategia judicial de la extenista pasaba por conseguir una rebaja la pena por la aplicación de dos atenuantes: arrepentimiento y reparación del daño. Arantxa aseguró, en una entrevista para 'El País', que vive de dar clases particulares de tenis en Miami (EE UU), donde vive con sus hijos, y que la mitad de todo lo que ingresa va a las arcas del Banco de Luxemburgo, para saldar la deuda. Desde que se inició el proceso penal, ha entregado 1,9 millones y está dispuesta a terminar con la deuda.