Yasmina Alcaraz, árbitra ACB, sobre su embarazo: "Hubo miedo, incertidumbre y vértigo"

La catalana estuvo arbitrando embarazada de cinco meses: "En la ACB se enteraron antes que mi familia"

"He roto un tabú y estoy orgullosa. Espero que haya más como yo y que se acabe normalizando", asegura la figuerense

Yasmina Alcaraz

Yasmina Alcaraz / Twitter

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Yasmina Alcaraz (Figueras, 1989) se ha convertido en la primera árbitra en activo en ACB en ser madre. Hija del también árbitro Antonio Alcaraz, que sigue en activo, se siente orgullosa. "He roto una barrera", según se confiesa en una entrevista concedida a EL MUNDO.

Reconoce que no fue fácil: "Hubo miedo, incertidumbre y vértigo". Detuvo su carrera más tarde de lo que le hubiera gustado y a finales de abril nació Max.

Embaraza y en secreto, Yasmina siguió arbitrando con una exigencia propia, la de "estar al nivel de las competiciones. Si veía que no podía dar el 100%, paraba. Y eso pasó en diciembre, embarazada de cinco meses. Tuve suerte de que no me salió mucha barriga, porque física y estéticamente no es muy adecuado. Mis compañeros se pensaban que había cogido unos kilos. En enero se hizo público", explica.

Alcaraz explica como fue el proceso: "Era un deseo que teníamos desde hace tiempo y que estaba pospuesto por mi carrera arbitral. Por parte de mi chico hubiéramos sido padres bastante antes. Pero no quieres parar, porque nunca sabes, ves posibilidades. No quieres poner palos a tu ascenso. Se retrasó más de lo que debería. Alrededor había varios amigos que estaban teniendo problemas para ser padres y decidimos que era el momento de intentarlo. Ese verano tenía mil torneos internacionales. Y me quedé embarazada antes del Mundial de septiembre en Australia. Decidimos no comunicarlo, porque quería seguir con el arbitraje si no había riesgo. En la ACB se enteraron antes que mi familia, creía que era importante".

Quedaba la duda si el embarazo pudiera afectar a su carrera: "Sí, lo retrasamos porque podía influir en mi proceso de llegar al máximo nivel. Tienes la incertidumbre de si va a afectar o condicionar mi progresión. Por suerte en la ACB hay un convenio por el que se guarda la plaza hasta un año después de dar a luz. Cuando hablé con el departamento no me pude quedar más tranquila, todo fueron facilidades. Me dijeron, 'tranquila, que te vamos a esperar. No va a hacer que tu progresión cambie'. Das por hecho que es así, pero no está de más que te lo digan y que se demuestre. Como está siendo".

Volvió a arbitrar cuatro meses después de dar a luz: "Mi primer partido fue un Real Madrid-Zaragoza, a los cuatro meses de nacer Max. Entrar en la pista y que ciertos jugadores a los que tienes respeto y que han sido ídolos te den la enhorabuena por tu niño y por todo el proceso... es una pasada. Físicamente estaba preparada, había estado corriendo hasta una semana antes de dar a luz, y pasé las pruebas. Pero en los primeros partidos me sentía fuera de sitio. Te frustras. Trabajo con una psicóloga y un psicopedagogo y me pedían paciencia. Me enfadaba, quería más. A nivel mental y visual, tuve unos malos momentos, la verdad. He tenido que coger el ritmo, porque es una liga muy exigente, muy rápida, con muchas cosas a valorar. Ya estoy totalmente rodada. Y es gracias al trato de mis compañeros".

Y con su agitada vida profesional, la separación puntual de su bebé era inevitable: "Hasta que no eres madre no te das cuenta lo que se siente, la conexión que tienes con tu hijo, lo que puedes llegar a echarle de menos. Y del sentimiento de culpabilidad de no estar, de perderte cosas que haga por primera vez. Eso es duro. Esos días que te vas se te encoge el corazón. Es difícil. La primera vez que salí fue el clinic de pretemporada, cuatro días en Valencia, y fue una prueba de fuego. Me subí al tren y no podía parar de llorar. Ahora parece que cuesta un poco menos. Pero el día que me diga, 'mamá no te vayas', no sé cómo voy a reaccionar. Supongo que todo es aprender".

Se siente orgullosa de haber roto un tabú: "Sí, por supuesto. Y estoy orgullosa. Antes de ser madre me costaba más este tema, porque antes de mí ha habido mucha gente que ha roto techos de cristal. En la ACB he sido la primera. Aunque no me gusta llamar la atención y explicar algo que es normal, entiendo que se tiene que hacer público para normalizarse. Eso hace que se rompa una barrera o que se abran puertas para que en un futuro haya más como yo y no se tenga que hablar de ello".