Mireia Belmonte, la pionera de la natación española

La badalonesa fue la primera nadadora española en lograr un oro olímpico en los Juegos de Río de 2016

Belmonte dice adiós a los Juegos

Mireia Belmonte cumplió el gran sueño de conseguir un oro olímpico

Mireia Belmonte cumplió el gran sueño de conseguir un oro olímpico / EFE

Laura Narbona

Con 39 medallas internacionales en su casillero, Mireia Belmonte se ha alzado como una de las mejores deportistas españolas de la historia. Las cuatro medallas olímpicas de la badalonesa, que se convirtió en Río 2016 en la primera nadadora española en conseguir un oro olímpico, la convierten en la cuarta deportista española más galardonada en unos Juegos, tan solo por detrás de Saúl Craviotto, David Cal y Joan Llaneras.

Nacida en Badalona el 10 de noviembre de 1990, Mireia se inició en la natación a los cuatro años por prescripción médica para corregir la escoliosis que sufría, y ni el hecho de ser alérgica al cloro impidió que encontrase en el agua su pasión. Desde bien temprano, su talento innato se hizo evidente y la badalonesa empezó a destacar en diferentes competiciones, consiguiendo en 2006 su primer campeonato del mundo júnior en 400m libre y 400m estilos.

Tras varios años repletos de títulos tanto nacionales como internacionales, la joven promesa española hizo historia en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 al conseguir dos medallas de plata. Tan solo cuatro años después, la nadadora catalana volvió a escribir su nombre en los libros de historia del deporte español al lograr el oro en los Juegos de Río 2016, algo que ninguna otra nadadora española había conseguido hasta la fecha. Al triunfo en mariposa se le sumó una medalla de bronce en 400m libre que Mireia consiguió también en esa misma edición. 

Los numerosos éxitos de Belmonte la llevaron a ser la abanderada española en los Juegos de Tokio 2021 junto a Saúl Craviotto, alzándose como la tercera mujer española en llevar la bandera de España en unos Juegos, después de que lo hiciesen Isabel Fernández en 2004, y Cristina de Borbón en 1988. Unos Juegos de Tokio en los que a Mireia le tocó sufrir, pues las diferentes lesiones de hombros, hernias discales y dolores constantes que padeció la catalana durante los años anteriores le impidieron brillar tanto como en ediciones pasadas

Así pues, los Juegos de París 2024 se presentaban ante Mireia como una gran oportunidad para redimirse y volver a demostrar su gran nivel, algo que finalmente no será posible debido a que la badalonesa no logró el pase a la cita olímpica en los Campeonatos de España.