Yuliya Stepanova fue una de los más de 1.000 atletas que se beneficiaron del meticuloso programa de dopaje que aseguran fue patrocinado por el gobierno de Moscú y que impidió la participación de decenas de deportistas rusos de las pasadas Olimpiadas de Río 2016. La atleta nacida en Kursk, que estuvo viviendo en un lugar oculto de Estados Unidos con su esposo Vitaly Stepanov tras recibir amenazas de muerte, fue clave para elaborar el conocido como Informe McLaren. “Un caos descontrolado” a convertirse en una “conspiración institucionalizada y disciplinada para ganar medallas”. Un encubrimiento de estado con todas las letras en Rusia.
Sin Juegos
Por culpa de esta trama los atletas rusos se quedaron sin poder participar en los Juegos de Río de Janeiro de 2016 y aún hoy en día arrastran esa lacra. De hecho, tan solo han podido participar en competiciones internacionales sin bandera, como neutrales. El gobierno y la federación rusas llamaron a sus deportistas a boicotear las competiciones de la World Athletics. Referencias como la saltadora Maria Lasitskene llevan tiempo criticando duramente a la federación rusa: “No dudaba de dicho desenlace. No me creía los cuentos de que todo irá bien. Lo que ha pasado hoy es una vergüenza”, tras la exclusión de cuatro años que la AMA dictaminó contra Rusia el año pasado tras otro escándalo de dopaje.
Una afirmación desgarradora
Stepanova, como decíamos la clave para poder destapar todo el entramado de dopaje del atletismo ruso (ella misma fue sancionada en 2013), ha vuelto a hablar recientemente sobre este asunto. “Mientras Putin sea el presidente, no es seguro para nosotros regresar a Rusia. Probablemente nos matarían allí. Investigarían y dirían que fue un accidente. No sabemos si la situación con el dopaje ha cambiado. No es fácil cambiar mentalidad”, ha comentado la confidente del AMA (Agencia Mundial Antidopaje). Actualmente vive con su marido y con su hijo pequeño en una ciudad estadounidense que prefiere no revelar. Reciben una ayuda del Comité Olímpico Internacional e intentan llevar una vida normal en el país norteamericano.
