Los deportistas rusos permanecen excluidos de las competiciones internacionales “para el futuro próximo” debido a la guerra de Ucrania, aunque el Comité Olímpico Internacional comienza a considerar su reintegración, según el presidente de la Federación Internacional de Atletismo, Sebastian Coe. El viernes pasado, en la 11ª Cumbre Olímpica se entreabrió la puerta para readmitir a los atletas rusos y bielorrusos, pese a que el COI recomendaba desde finales de febrero a las federaciones internacionales excluirlos del mundo del deporte.
“Para mí nada ha cambiado”, declaró el presidente de World Athletics durante una conversación por internet con varios periodistas al ser preguntado al respecto. En línea con la decisión anunciada por World Athletics el 1 de marzo, Sebastian Coe aseguró que su posición permanecía “muy clara” sobre los rusos. “Todos los deportistas, así como el personal técnico y directivo -‘el entorno’, por utilizar una expresión del COI- están excluidos de todos los eventos organizados por World Athletics, para el futuro próximo”, explicó.
Proteger la integridad de nuestro deporte
Sin haber decidido nada por el momento, la cumbre olímpica había esbozado el viernes la pista de una reintegración de los rusos y bielorrusos en orden disperso, según zonas geográficas y deportes. El Comité Olímpico de Asia ofreció “facilitar (su) participación” en las competiciones organizadas en Asia, y algunas federaciones internacionales -no precisadas en el comunicado oficial- estimaron que “no debería haber una misma solución para todos”. Invitado a esta reunión a puerta cerrada en Lausana, Coe no pudo asistir por la boda de su sobrino, según explicó, pero pudo dar “su opinión” y se alineó con la idea de que corresponde a cada federación internacional “evaluar cuidadosamente si, para su deporte, los motivos de esas medidas protectoras aún existen”.
“Vamos a seguir protegiendo la integridad de nuestro deporte”, anunció, recordando que la situación era “un poco más compleja” en atletismo debido a la suspensión que afecta a la Federación Rusa desde noviembre de 2015 por haber implantado un sistema de dopaje institucionalizado. El grupo de trabajo que congregó a expertos independientes para valorar los progresos realizados por los rusos en ese campo deberá emitir su informe en marzo, que será sometido al Consejo de World Athletics.
