El atleta, que se ha afincado en Soria, acaba de hacer 27’36” en el 10.000 en pista de Londres, una marca maravillosa que debe acompañarlo a los JJOO de París en una distancia en la que se temía que no hubiese españoles.
Pero Oukhelfen ha roto con esa presunción, porque vaya año el que lleva Abdessamad Oukhelfen, a una edad envidiable: 25 años.
27’36” anoche en el 10.000 en pista de la Night de Londres que medio garantizan su presencia en los JJOO de Londres y, por supuesto, en el Europeo de Roma (7-12 de junio), donde el que avisa no es traidor. “Esto va para largo”, advirtió Oukhelfen este mes de enero, tras batir el récord de España de 10 km en ruta este invierno (27’44”) en Valencia, cuando añadió: “Esto es trabajo, trabajo y trabajo. Luego, ya se verá. El día de mañana siempre llega y cuando llegue yo no quiero quejarme de no haber hecho lo suficiente”.
Oukhelfen pegó un giro mayúsculo a su vida este año en busca de los JJOO de París. No se ha equivocado. Dejó a María Carbo, su entrenadora de siempre, y se fue a vivir a Soria, donde entrena con Enrique Pascual, un entrenador que ha preparado a campeones olímpicos y mundiales.
Como dice él, cada vez que sale a la pista en el estadio de Los Pajaritos, ve “en el túnel una fotografía de Fermín Cacho siendo campeón olímpico”, que también le ha motivado en este año irrepetible.
-Estar con Enrique es estar con la historia -dice Oukhelfen-. Para mí es el mejor entrenador de España. Pero no sólo es eso, sino la persona que he conocido y que se ofrece hasta compartir un domingo por la tarde para merendar con nosotros y a mí me da cosa, porque ya le quitamos cada día mucho tiempo de estar con su familia. Y a todo el mundo le apetece estar con su familia.
Pero en estos buenos momentos tampoco se ha olvidado nunca de María Carbó.
-¿Cómo no voy a estar agradecido a María con lo que ha hecho por mí? Pero ahora mi vida está en otro sitio. Ella tenía que elegir a nivel deportivo o familiar. Ella tiene dos hijos. Necesita ese tiempo para ellos. No se puede ir contra el tiempo. Nuestra relación había llegado a su fin.
