El subcampeón de España de 10.000 metros, Roberto Aláiz, despide un 2022 que ha supuesto su retorno a la elite después de siete años marcados por las lesiones, que le han servido, según ha declarado en una entrevista con EFE, para “aprender a disfrutar del momento sin obsesiones en perseguir un fin”. El atleta leonés salía del largo calvario perseguido por los continuos problemas en el tendón de Aquiles demostrando el porqué hace más de un lustro había sido considerado como uno de los corredores más prometedores y versátiles del atletismo español. Después de quedarse a las puertas, hasta en dos ocasiones, de acudir a unos Juegos Olímpicos, en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, ya no se marca como objetivo único el poder estar presente en París 2024, aunque indiscutiblemente lo tenga como aliciente en el futuro inmediato.
“Estoy más satisfecho con lo que vivo actualmente, sin obsesionarme por conseguir la meta olímpica, aunque lógicamente sea el sueño de cualquier deportista, pero prefiero disfrutar del día a día, de la mejora continua y de saborear el camino”, reflexiona. Aláiz, que en estos días vuelve a estar concentrado en altura en Sierra Nevada (Granada), en una experiencia ya repetida en numerosas ocasiones que le da excelentes resultados, no quiere utilizar la palabra resurgimiento para hablar de su vuelta al primer plano del atletismo nacional e incluso internacional.
“En ningún momento hubiera pensado hace unos meses que iba a estar como me encuentro ahora y haber conseguido lo que he vuelto a conseguir que ha sido muy por encima de las expectativas que me había marcado”, señala. De todas formas, fiel al carácter inconformista que, según él, ha de tener todo atleta y deportista, no se conforma con dónde ha llegado, sino que quiere seguir creciendo “pero desde la estabilidad”. “Intentaré acercarme a mi mejor versión porque aunque no sea capaz de estar en los tiempos por debajo que tenía en algunas distancias, si puedo lograrlo por encima”, afirma. Y es que el discípulo de José Enrique Villacorta ha empezado a dar el salto hacia la ruta y las distancias mayores con la mirada puesta en un futuro al maratón, donde reconoce que todavía le falta mucho camino por recorrer.
“He empezado una época diferente y ahora he vuelto con muchas más ganas, veo que me encanta entrenar, competir y creo que puedo aspirar a cosas importantes”, insiste. La primera gran consecuencia de su vuelta al primer plano con la presencia en el europeo de Múnich es el cambio de equipo y su reciente fichaje por el campeón de España de campo a través Cárnicas Serrano, donde será un refuerzo de lujo dada su experiencia también en esta disciplina. “El cambio de club, como también de firma deportiva -pasará a vestir Puma- me permitirá poderme dedicar en exclusividad al atletismo y ser deportista de elite, tanto por el sacrificio que realizo, como también por la compensación para poderme centrar en el deporte”, comenta.
De cara a 2023 tiene en el punto de mira su presencia en el mundial de Budapest (Hungría) del mes de agosto, aunque es consciente de la “enorme dificultad”, reconoce, que supondrá ganarse una plaza en la prueba de los 10.000 metros donde tan solo pueden disputarla 27 corredores, de ellos como máximo tres españoles. “Es un objetivo realmente caro por ser una prueba reducida en el número al ser final directa, pero pondré todo el esfuerzo en conseguirlo, siempre relativizando todo y disfrutando, siendo consciente de saber de dónde vengo”, concluyó. El estreno del año para el renacido Aláiz llegará el próximo 15 de enero en los 10 kilómetros de Valencia en los que intentará mejorar su marca personal como primer reto.