Todavía le queda una bala para batir el récord de España de Fernando Carro (8:05:69). 13 de septiembre. Bruselas. Estadio Rey Balduino. “¿Por qué voy a salir a por 8:05 si puedo hacer 8:03?”, avisa Dani Arce, que luego se irá de vacaciones 12 días a Jamaica, donde seguirá corriendo. “Yo nunca paro total”, explica.
Acaba de hacer la marca más rápida de su vida: 8:08:45.
En abril corrí en 8:12. Voy a hacer seis meses en marcas muy similares, entre 8:08 y 8:12. Sé que estoy trabajando bien. He aprendido. Ahora tengo más madurez a la hora de entrenar y de correr: ya no es como antes, ya no me pongo tan nervioso. Por eso siempre digo que yo soy todo lo que he aprendido a lo largo de mi vida. Todo lo apunto en mi cabeza.
Entonces tendrá una memoria de elefante
No, pero mire de ese 8:08 he sacado más cosas malas que buenas porque creo que no visualicé bien los obstáculos o no esperé a cambiar a falta de 200 metros. Quiero decir que el cuerpo y la mente son maravillosos. No sabes lo que tienes dentro hasta que no estás dentro de esa situación. Mi cuerpo todavía puede sorprenderme. Pero tengo que hacerle caso. Todavía estoy avanzando.
¿Ganará a El Bakkali alguna vez?
Ningún atleta es invencible. A Girma ya le gané hace tres años en Mónaco. Al final, ganar o perder no sólo depende del estado de forma, sino de lo que le decía antes, de no tener ningún fallo en los obstáculos porque allí se te pueden ir esos cuatro segundos que, por ejemplo, me sacó El Bakkali en Silesia.
¿Podía haber sido usted Kenneth Rooks en la final olímpica de París?
Podía haberlo sido pero la realidad es que no lo fui. La plata fue él, que hizo 8:06 en una carrera lenta. Sinceramente, a mí es improbable que me suceda alguna vez en la vida. Nunca he bajado de golpe 10 segundos mi marca en una carrera. He ido siempre poco a poco. Sé que ahora puedo correr casi cualquier carrera en 8:12. Pero si me habla de bajar de 8:00 me parece casi imposible. Ojalá no lo fuese, pero a mí nunca me han ocurrido esas cosas.
¿Desconfía entonces de los que bajan 8 o 10 segundos de golpe?
No soy quién para desconfiar de nadie. Cada uno tiene sus virtudes. Mi vida es seguir entrenando y hacer las cosas cada año un poco mejor, seguir a lo mío. Sé que yo no soy el que mejores cualidades tiene. Pero sí sé que soy un atleta que aún puede ir a más. Para eso debo trabajar cada año, cada mes, cada día.
¿Trabajó bien la final del Europeo de Roma?
Tácticamente ha podido ser la peor carrera de mi vida, sí. Estaba malo. Me vi obligado a salir en esa situación. No estaba para correr. No tenía las fuerza ni la seguridad. Tenía fiebre. No dormí bien. Tenía mucha debilidad. Preferí arriesgar porque antes de ponerme malo me encontraba muy bien. Pero, al final, te das cuenta de que no es oro todo lo que reluce.
¿Roma es un mal recuerdo entonces?
Roma es un buen recuerdo. Luchar por una medalla es una sensación increíble. Es por lo que lucho y me esfuerzo todos los días. Quiero volver a tener esa sensación. Es lo que busco. Me levanto pronto todos los días para eso. Luego, el resultado sabes que no sólo depende de ti. Sabes como estás tú, pero no sabes cómo van a correr los demás.
¿Es el momento de derribar el récord de España de 3.000 obstáculos (8:05)?
Yo lo veo de otra forma. Voy a intentar acercarme a 8:00. Bajar mi marca más de lo que la tengo. A partir de ahí, ¿por qué voy a salir a hacer 8:05 si puedo hacer 8:03?
¿A los 32 años no se ve el final?
De momento, no. El atletismo ha cambiado mucho. Kipchoge hizo el récord del mundo de maratón con casi 40 años. Yo no veo el tope ahora mismo. Sé que si me cuido en el descanso, en la alimentación, en el entreno, en todo, tengo proyección suficiente. No quiero poner una edad en mi vida. Le diría, incluso, que ahora tengo más progresión que a los 18 años porque a esa edad no me acercaba a las marcas de ahora.
¿Quién es Dani Arce ahora?
Es el trabajo de toda una vida.
Un tipo realista.
He evolucionado cada año. A pasos cortos. Muy fiables. Es lo bueno mío. A partir de ahí la edad es un número. Sé que me encuentro cada vez mejor. Ahora tengo varias semanas para preparar Bruselas. Pero la vida no se acaba en Bruselas. El próximo año lucharé para estar aún más adelante.
Tras la final del Europeo se quejó de que había atletas con progresiones milagrosas.
No, lo que quise decir es que yo no soy así, lo que vengo diciendo durante toda la conversación. Hace dos Europeos ya tuve opciones de luchar por el oro. Luego, fui el mejor europeo en el Mundial de ese mismo año. Desde entonces, no sólo sigo ahí. También he mejorado. Todos sabemos lo que cuesta mejorar. Cada marca es más difícil de hacer.
El próximo año es el Mundial de Tokio.
Pero ahora está Bruselas. Quiero centrarme en este objetivo. Luego, me voy a tomar unos días de descanso. Voy a Jamaica doce días de vacaciones. Voy a pasar tiempo con mi pareja. Tanto ella como yo apostamos muchas horas en el deporte. No podemos pasar tantas horas como pasan otras parejas juntos. Pero tiene sus frutos.
De Bruselas a Jamaica entonces.
Sí. De Bruselas a Jamaica y luego otra vez vuelta al ruedo. Estaré esos 12 días en Jamaica lo que no quiere decir que no haga nada. Yo nunca descanso total. Siempre hago algo. Me mantengo en forma. Soy consciente de que como dejamos el cuerpo es como vamos a entrenar al día siguiente. No quiero desgastarlo en vacaciones comiendo mucho ni ganando peso. No somos máquinas en las que se cambia una pieza. Nuestro cuerpo es parte del atletismo. Por eso hay que cuidarlo siempre. Comer mal siempre está penado estés en vacaciones o en competición. No tiene sentido arriesgarse.