En estos días ella tenía que ser protagonista. Los aficionados tendríamos que valorar sus opciones de medalla olímpica en París y ella debía estar afinando su preparación con Ramón Cid. Pero esta semana María Vicente (23 años) está de vacaciones en Albania. “A veces, hay que desconectar para volver a conectar”, escribe.
Nuestra conexión con ella son las redes sociales, donde María se muestra convencida de su evolución “de los pequeños pasitos” que va dando y, sobre todo, “feliz” porque cada día está “más cerca de volver”.
La operación ya es historia. Hace tiempo que dijo adiós a las muletas y las semanas vuelan.
El 1 de julio se cumplieron cuatro meses desde que se rompìó el tendón de Aquiles de la pierna izquierda en el Mundial de pista cubierta de Glasgow.
Sus imágenes llorando de dolor y tristeza aparecieron en todos los telediarios. María ha confesado que nunca pudo mirarlas.
Y no hay que engañarse, no está siendo un verano fácil, como escribió ella misma en sus redes el día que empezó el Campeonato de España. “Lo afronto con pena y nostalgia”, dijo, “pero con felicidad y alegría de ver a los míos disfrutar y conseguir sus objetivos”.
Desde LBDC nos acordamos de ella, celebramos su paciencia y que en el silencio de la recuperación, alejada de las cámaras y de los reportajes, vuelva a sentirse atleta. Es lo que ahora importa. Lo demás ya vendrá.