A falta de celebrar la ansiada inauguración, los Juegos Olímpicos de París 2024 ya han empezado en las redes sociales, y el primer tema que se ha viralizado es el de las camas de cartón.
Sorprende un poco el revuelo de los deportistas olímpicos en París 2024 con este tema de las camas de cartón, colgando decenas de vídeos en redes. Incluso los comentarios jocosos del duo Alcaraz – Nadal sobre si tenían que coger toallas del vestuario donde entrenaban para llevárselas a la Villa Olímpica.
En serio que, estando en una villa olímpica, disfrutando de uno de los mayores sueños que pueda tener un deportista, ¿seamos tan esnobs que nos preocupemos de las toallas y las camas?
El episodio me recuerda al de otra cama, en la que dormía y descansaba el jefazo del maratón mundial, Eliud Kipchoge, que compartiendo habitación en Iten con otro monstruo llamado Geoffrey Kipsang Kamworor,
Una cama que como escribía nuestro querido Mario Torrecillas, “recuerda a la que podía tener aquella sor Citroën en su convento monacal, con un minúsculo colchón, que más parece una puerta colocada en horizontal, y sin una triste almohada para dar una noche de tregua a las cervicales”
“Es una cama que, en una Blume o en un Centro de Alto Rendimiento de nuestro país, haría estallar el buzón de sugerencias. Una cama en la que no pondrían a dormir ni al perro del guarda. Es una cama que rechaza completamente al descanso. Tras una dura jornada corriendo una montaña de kilómetros, volver a esa habitación y ver esa cama no te darían más que ganas de salir de nuevo a correr aunque te dolieran hasta la cejas.”
Nada que ver con las camas de la Villa Olímpica de París 2024, que (aparte de que son las mismas que los juegos de Tokyo 2020) incluso pueden cambiar el colchón según la preferencia de dureza de cada atleta.
Se ha desmentido miles de veces que las camas fueran ‘antisexo’, tiene un somier como las de nuestras casas con la única diferencia que efectivamente, están hechas de cartón, por lo que son reciclables y son fáciles de transportar desmontadas.
Las camas de cartón fabricadas por la empresa japonesa Airweave, están diseñadas para soportar esfuerzos de hasta 200 kilos y como hemos comentando montan un sistema modular de colchones según el gusto de los y las atletas.
Ya no hay Juegos Olímpicos sin que uno de los requisitos sea la máxima sostenibilidad, y París 2024 ha puesto en marcha iniciativas como la recuperación del río Sena (remember Ane Hidalgo bañándose en él como Fraga en Palomares) en el que después de prohibirse el baño durante más de cien años, se abrirán zonas de baño públicas después de los juegos.
A pesar de las críticas de los y las ciudadanas de París que ven una salvajada el gasto público en esta recuperación del rio y proponen literalmente cagarse en él.
Pero volvamos a las camas: lo colchones y las almohadas se donarán a diferentes escuelas y organizaciones, y los edredones tan chulos, se los podrán llevar los mismos atletas.
Y sí, para satisfacción de Nadal y Alcaraz, también tendrán toallas en las habitaciones, aunque -eso es verdad- solo un juego.
La sostenibilidad también es eso.