El viernes batió su quinto récord de España. Marta García, la doctora de 26 años, tiene ahora el objetivo de clasificarse para la final de 5.000 en los JJOO de París que será el lunes 5 de agosto (21.10 horas)
-Cuando quieras señor DeMille, estoy lista para rodar -le dice Norma Desmond en la escena final de ‘El crepúsculo de los dioses’, la maravillosa película de Billy Wilder.
Y yo, que me declaro un fanático del cine, me acuerdo de esa cita ahora que empiezo a escribir de Marta García, la atleta a la que deseo ver el lunes 5 de agosto (21:10) en la final de 5.000 de los JJOO de París. Juego con antelación y admito que la ilusión no es una ciencia exacta. Pero pienso que esta vez tiene motivo.
En realidad, el nombre de Marta García ilusiona como un hotel de cinco estrellas. Es más, todavía emociona su recta final, como si fuese el gol de Oyarzabal frente a Inglaterra, para lograr la medalla de bronce en el Europeo de Roma que recorrió sin excusas los telediarios de todas las televisiones. Máxime cuando nos enteramos que Marta acababa de romper 28 años de historia y que destrozaba el récord de España de Julia Vaquero (14.44.95) que ya había cumplido esa edad.
Pero esa es parte de nuestra inquietud de cara a los JJOO. Nuestra misión es darla más publicidad, hacer más grande su nombre. Hay motivos que nos acompañan en el intento. Una atleta de 26 años que rueda la temporada de su vida. Una atleta que ha batido cinco récords de España en 2024. La última vez el pasado viernes por la noche en Mónaco, donde había un periodista español, Alberto Hernández, que puso el micrófono a su servicio tras batir el récord de 2.000 (5.32.86):
-Si te dicen a finales de 2023 que vas a batir cinco récords de España en 2024 ¿qué? -le preguntó.
-No sé si le creería al embustero -respondió ella-. Pero el año pasado me quedé con ganas de mucho más y creo que este es mi año.
Porque el año pasado fue difícil, tal y como ha reconocido Marta.
-Gran parte de 2023 pensé que podía estar en Budapest, y cuando no fui sentí que me decían que no tenía el nivel para estar ahí. Había fracasado en mi primer año como ‘atleta profesional a tiempo completo’, porque no había cumplido mis objetivos. Tuve dudas: “A lo mejor es que no pertenezco al lugar donde creía que pertenecía”. Y las resolví en Berlín con un 15:02.11.
Desde entonces, Marta es mejor atleta:
-Me enseñó que jamás debes dejar de confiar en ti.
El resultado salta a la vista. A una edad maravillosa, 26 años, en la que la realidad es como un golpe en la mesa. Si ahora queremos más es porque creemos en ella. Llevamos la mitad de la temporada y queda la otra mitad, que son los JJOO, donde pasará lo que tenga que pasar. Pero por ahora el optimismo es un derecho limpio y profundo que no sólo saca a relucir un resultado. También nuestra admiración por Marta García.
Una atleta que supo marcar los tiempos y que sirve de patria para las nuevas generaciones. Hasta que terminó la carrera de Medicina no se lanzó a tumba abierta al atletismo. Una vez que lo hizo, ya tuvo permiso.
-Al principio, fue difícil, porque me sobraba tiempo -explicó-. De hecho, tenía como esa necesidad de hacer cosas.
Pero enseguida se acostumbró y encontró la paz. Descubrió que su cuerpo y su mente iban a agradecer esta etapa, “donde estar tranquila y descansar es parte del juego” lo que por ahora ya se ha traducido en cinco récords de España. Y detrás de eso hay mucho trabajo, que es lo que ahora nos empuja a ser uno sólo.
Porque, como también dejó dicho Norma Desmond, en ‘El crepúsculo de los dioses’:
-¡No necesitábamos diálogos, teníamos rostros!
