Tendencias & Coaching

Doctor, ¿Puedo seguir corriendo?

Publicado por
Ingrid Pino
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Mi historia con el atletismo estaba empezando y cada vez me sentía más enamorada de este deporte. Corriendo me sentía segura y fuerte. En uno de los croses, se fijó en mí el que sería mi entrenador los siguientes 8 años, Rafa Flores. Con él he compartido momentos preciosos y le debo mucho. Les dijo a mis padres que tenía una forma de correr muy peculiar y que le gustaría entrenarme. Me lo preguntó a mí y me cayó tan bien que dije que sí. Tuve que empezar a ir a entrenar a la pista de Ascó (a 15 min de mi pueblo) este seria mi Club hasta la categoría cadete. Nueva gente, nueva rutina, nuevos problemas para mí y mi timidez. Poco a poco me fui integrando y cada vez me lo pasaba mejor.

Iba entrenando con mucha ilusión pero siempre me encontraba con chicas más desarrolladas (yo era muy muy pequeña) y más fuertes. He perdido la cuenta de las veces que quedé subcampeona de Cataluña antes de quedar campeona. Nunca me rendía, siempre había alguien por delante y cuando conseguía ganarle aparecía otra chica mejor. Primero fue Silvia, Laura, Ana, Martina… Y así sucesivamente. Para ganar, primero tienes que aprender a perder, y de eso sé mucho.

Pasaron los años y empecé el instituto. Desde el primer momento vi que sería un poco difícil encajar. En ciertos aspectos me sentía diferente al resto de la clase. Me gustaba hacer el tonto y reír como la que más pero los valores y la responsabilidad que me había inculcado el atletismo hacía que en ciertas ocasiones se me hiciese imposible integrarme. Según a que edad cuesta comprender que una persona esté constantemente contestando: “no puedo salir de fiesta porque tengo competición o no puedo quedar porque tengo entrenamiento

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Tuve que aguantar muchos comentarios despectivos por el hecho de no salir de fiesta, por no beber alcohol, por no fumar..Recuerdo que una vez me dijeron: “entendemos que no fumes porque corres pero que no bebas es de bicho raro”. Lo que no podían imaginar era que no solo me comportaba así por ser atleta, sino porque a los 10 años después de unos pequeños problemas descubrimos que soy monorrena; es decir, solo tengo un riñón.

Desde el momento en que lo supe, decidí que siempre lo iba a cuidar. Cuando el médico me lo dijo con 10 años, recuerdo que estaba sentada en el regazo de mi madre y me quedé callada. El doctor me miró y me dijo con cariño si tenía alguna pregunta. Tenía dos. La primera -¿Me voy a morir? y la segunda -¿Puedo seguir corriendo? a lo que con una sonrisa respondió “No, no te vas a morir, puedes seguir corriendo pero tienes que llevar cuidado con los deportes de contacto y el alcohol“. Y todo siguió.

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Hubo momentos en los que me sentí sola, pero como os digo tenía las cosas muy claras y no necesitaba a nadie, con lo que solía cerrarme a la gente. Mis amigos de verdad estaban en la pista, compartiendo mi pasión. Ahora me considero una persona muy cariñosa con la gente que tiene mi confianza, pero es verdad que solo unos pocos conocen verdaderamente como soy y para la mayoría aparento ser una chica fría y distante.

En cuanto al atletismo, no había conseguido quedar campeona de mi comunidad ni una sola vez. La última temporada de infantil (13 años) en el campeonato de aire libre corrí el 1000m con una chica imbatible, Martina. Había quedado segunda en todas las competiciones que había corrido con ella y todo apuntaba a que el campeonato de Cataluña sería una más. Salió rápida como siempre, yo iba segunda y sólo quedaban 400m, cada vez se alejaba más y entramos en la última recta con 30m separándonos. Recuerdo cómo todo mi cuerpo empezó a quemar y con un gritó saqué fuerza de donde pude y esprinté. Cruzamos la meta juntas y la grada se quedó en silencio. Nadie sabía quién había ganado. Después de 20 minutos interminables, anunciaron por megafonía los resultados de la foto finish: “Ingrid Pino Campiona de Catalunya de 1000ml”. Me eché a llorar. Sólo 2 milésimas de segundo nos habían separado.

Ahí fue la primera vez que conseguí sacar esa fuerza en los últimos metros y lo que no sabía era que me acompañaría y me ayudaría a ganar muchos campeonatos en los siguientes años…

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Ver comentarios

  • No sabia que solo tenias un riñón. Muchísimo mérito lo tuyo Íngrid aunque viendo como trabajas y entrenas tampoco me extraña. Felicidades y Sigue asi.

  • Ejemplo de motivación, esfuerzo, constancia y personalidad. Aguantar los embistes en la adolescencia, el riñón y seguir con tu objetivo es un obstáculo más que has pasado. No has empezado a hacer carreras de obstáculos ahora, llevas tiempo haciéndolo. Así que seguro que te irá bien (la lesión un obstáculo más que superarás). Arriba!

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Ingrid Pino