Antonio Serrano es un hombre de casi 60 años que a veces parece una enternecedora fotocopia de Clint Eastwood porque acostumbra a decir las cosas a la cara.
Daniela García es una joven mallorquina de 21 que este año se ha sorprendido a sí misma siendo campeona de Europa sub 23 de 800 (“creía que iba a ser segunda tras Keely Hodgkinson”) y que estos meses vive una luna de miel consigo misma: ha corrido este año dos veces en 2’00”.
A Daniela (que se ha clasificado para el Mundial de Budapest) todo el mundo le dice ‘qué buena eres Daniela’, ‘qué orgullosos estamos de ti’, o ‘ahora a ver qué haces en el Mundial’…, todos menos Antonio, que baja el volumen de la radio.
-Mira, Daniela, ahora mismo hay muchas en el mundo que hacen 2´00″ en 800, para destacar hay que dar otro salto más.
Así que, si la excelencia de Raúl Chapado nos perdona, sería prematuro esperar nada excepcional de ella en Budapest (19-27 agosto) porque los tiempos son los tiempos.
– Daniela ya ha cumplido sus principales objetivos este año, en el Mundial va con ganas de intentar pasar una ronda. Pero ha entrando por WR en las últimas posiciones y no será fácil.
Lo explica Antonio que, como decíamos al principio, es un hombre que se caracteriza por decir las cosas como son.
-Porque ése es nuestro deber -replica.
Y nada de eso menosprecia la ilusión de Daniela García, que le pone la misma intensidad estos días en la concentración de Soria que si se preparase para ser campeona del mundo de 800.
Daniela es la nueva chica de rojo, la chica que habla de ‘nosotros’ en vez de ella y en ese ‘nosotros’ están todos los que la ayudan a ser mejor atleta cada día.
Y uno de ellos es Antonio Serrano con el que se ha hecho ese selfie que encabeza este relato y que, a pesar de las sonrisas, no disimula la realidad.
Por eso cuando le pregunto a Antonio si Daniela tiene tanto talento el entrenador para máquinas.
– Tiene talento, lo de tanto habrá que verlo con trabajo, continuidad y tiempo.
Ahora bien, estamos ante una atleta en la que, como mínimo, las diferencias te dan los ‘buenos días ‘ (eso sí es verdad).
– Mira, es difícil que me impresione ya un atleta con todo lo que he visto -insiste Antonio-. Pero me gusta su forma de desplazarse y el conocimiento de su cuerpo y sus necesidades. Me comunica muy bien lo que le puede ir bien o no y así yo lo analizo y planifico.
Ella, Daniela, es una mallorquina que vive en la residencia Blume; que, en vez de atleta, pudo ser bailarina, y que, ahora que es atleta, no se obsesiona con rebatir lo imposible.
-Mi objetivo es ser feliz -resume.
Y, como es feliz, esa felicidad se capta en todas las fotografías que se hace fuera de la pista en la que nos recibe con esa sonrisa, joven y cinematográfica, que transmite su hambre por aprender el oficio.
Y eso también es de agradecer.
Y Antonio (que es uno más en su equipo) lo agradece.
– No es nada exigente conmigo -explica-. Confía en mí y eso es suficiente.
Porque Daniela tampoco oculta sus debilidades. Aun no se ha separado de la jovencita que llegó de Calvia con muy poco entrenamiento y a la que Mateo Cañellas aconsejó que se quedase en Madrid y que Antonio Serrano fuese su entrenador.
Daniela acepta ahora que aún está “conociendo lo que es el atletismo de alto nivel” y, sin darla falsas esperanzas, Antonio se anticipa al futuro.
– Eres una atleta todavía sin hacer -le dice-. Pero está claro que las perspectivas de mejora son buenas si hacemos un buen trabajo de futuro.
Y en eso están los dos y la prueba es que Daniela García (a pesar de haber corrido dos veces en 2’00”) machaca lo mínimo indispensable.
– Sí -reconoce el entrenador-. Es una atleta que con poco entrenamiento puede rendir muy bien y yo estoy haciendo un plan de entreno adaptado a ella pues por ahora no puede hacer grandes cargas ni entrenamientos muy exigentes. Pero, mira, con lo que le hago hacer consigue muy buen rendimiento.
Y en su biografía el año 2023 siempre resaltará con letras de oro. El año en el que la imaginación derribó fronteras y ahí está Daniela García este mes de agosto en Soria preparando un Mundial absoluto.
– Es verdad que es el primer año que llega tan lejos, y eso todavía lo esta asimilando. Pero por suerte tiene voluntad, capacidad y sabe escuchar.
Así que las posibilidades de que esta historia se haga más fuerte cotizan alto en la Bolsa. Hoy sólo estamos escribiendo los primeros capítulos. O quizá solo sea el prólogo. Quién sabe. El futuro acepta nuestra petición y en él le dejamos la palabra a Daniela García.