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Cómo elegir la silla de oficina perfecta para tu espacio de trabajo

Publicado por
LBDC
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Trabajar desde casa ha entrado a formar parte de la cotidianeidad para millones de personas en todo el mundo. Sin duda, el teletrabajo es muy positivo para conciliar la vida laboral y personal, no obstante, el riesgo de sedentarismo se agrava en esa situación. Quienes hacen deporte regularmente saben lo importante que el ejercicio es para la salud. De la misma manera, contar con un entorno adecuado de trabajo es fundamental.

En este sentido, una silla de oficina ergonómica es la clave para evitar molestias e incluso lesiones de espalda, cuello y cervicales. Los asientos ergonómicos favorecen la circulación, evitando así problemas en las piernas, al tiempo que mejoran la postura para que el impacto de la posición en la silla sea menor sobre la salud de las personas.

Ahora bien, no todas las sillas del mercado son lo suficientemente fiables en cuanto a calidad. Por eso, siempre es recomendable dirigirse a una marca líder en el sector. Si además se trata de una empresa con producción y almacén propios, mejor que mejor. Esto, unido a un amplio stock y precios competitivos, serían las condiciones para hacer una buena compra.

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Salud y productividad, dos factores asociados

Las sillas ergonómicas son imprescindibles para preservar la salud y mejorar la productividad de los trabajadores. Poder trabajar de manera cómoda y con el cuerpo perfectamente situado en la postura correcta contribuye a un mejor rendimiento. De esto saben mucho quienes practican deporte asiduamente. De la misma manera que para poder obtener el mejor rendimiento en cualquier deporte, es esencial tener un buen estado de salud, y para ello, el entrenamiento debe ser el adecuado; lo mismo ocurre con el mobiliario de oficina. 

La ausencia de sillas ergonómicas en el espacio de trabajo trae consigo dolores de espalda, contracturas, dolores de hombros y cuellos, fatiga, etc. Un prolongado número de horas en una silla de mala calidad produce alteraciones de la postura, problemas de circulación sanguínea, alteración en la respiración y a la larga importantes problemas de salud ósea y muscular. Todo ello repercute negativamente tanto en la persona como en las empresas, pues está demostrado que la productividad tiende a la baja.

Cómo elegir las sillas ergonómicas

Un estudio del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo revela que un 12 % del total de bajas laborales en España están directamente relacionadas con el trabajo, y dentro de este porcentaje, casi el 30 % se deben a trastornos músculo-esqueléticos. Como se puede comprobar con datos concretos, las sillas ergonómicas son de suma importancia.

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Por eso es fundamental elegir bien la silla de trabajo. Para ello, a la hora de comprar una silla ergonómica, hay que prestar especial atención a la altura de la misma, la forma del respaldo, si tiene o no reposabrazos y cómo es la base. Lo recomendable es que sea una silla ajustable para que pueda adaptarse a la altura y forma del cuerpo. Cada persona tiene sus propias características corporales y la silla debe adaptarse por completo a ellas.

Por otra parte, el respaldo debe ser lo suficientemente firme para dar soporte a la espalda, sin que sea incómodo o rígido. A su vez, los reposabrazos deberán colocarse a la altura de los codos y la base tiene que ser, sobre todo, estable. Como es lógico, las sillas ergonómicas deben tener ruedas para facilitar la movilidad. Ahora bien, ¿qué hace que una silla de oficina sea ergonómica?

 Se considera que es ergonómica si favorece una postura correcta mientras se está sentado. Para ello, la capacidad de la silla para ajustarse es clave. Tanto la altura del asiento, como la posición del respaldo, y la altura de los reposabrazos son esenciales. La profundidad del asiento también importa. Por otro lado, las sillas ergonómicas son capaces de distribuir el peso de manera equitativa. De esta forma, se evita la presión en ciertas partes del cuerpo. 

Otro aspecto clave es la curvatura del respaldo, con el que se da el adecuado soporte a la zona lumbar y a toda la espalda. Sin un respaldo adecuado, el resto de componentes de la silla pierden su función. En cuanto al asiento, lo mejor es que sea lo suficientemente ancho y profundo. Otro aspecto del asiento es que debe ser ligeramente acolchado y seguir, dentro de lo posible, las curvas naturales del cuerpo. La forma de comprobar si el asiento y la altura del mismo son las adecuadas es sentarse y comprobar que las rodillas están en un ángulo de 90 grados.

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En resumen, el trabajo en remoto ha traído consigo la adecuación de espacios de trabajo en casa. La comodidad, la ergonomía y la salud se convierten en factores clave a la hora de comprar mobiliario de oficina para teletrabajar. Por eso, cada vez más personas cambian sus viejas sillas de oficina por sillas ergonómicas de mayor calidad.

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