Le falta ese salto y le falta esa medalla.
También le faltaron tres centímetros en Tokio, donde parecía hecho: la medalla olímpica parecía hecha.
Pero entonces apareció Tentoglou en el último intento (8,41) y fue como una puñalada.
Y nos quedamos cuartos.
Eusebio Cáceres se quedó cuarto en los JJOO de Tokio con la promesa de volver a intentarlo.
Y sale y saldrá gente como ahora Furlani (19 años).
Pero ahí sigue Eusebio.
Y para eso se fue a vivir a Guadalajara y a entrenar con ese mito, Iván Pedroso, que el primer día que quedó con él le miró a los ojos y le dijo la palabra sabia:
-Calma.
Y ésa es la palabra que le acompaña para dar una vuelta más a la tuerca este verano.
De momento, Eusebio ya ha vuelto a volar esta primavera, ya ha saltado 7,97 metros en Castellón que, como mínimo, garantizan su presencia en el Europeo de Roma.
Con 32 años y con la discreción de siempre.
Con una biografía ya hecha en una especialidad tan agresiva como el salto de longitud donde a Eusebio Cáceres nunca se le acaban las pilas.
De hecho, hoy ya es un señor con la frente más clara, el pelo más rasurado y una cátedra en medallas de chocolate que es como “sí, pero no”.
Pero aun así jamás le escuchamos protestar de mala suerte.
Ni en esos ni en los peores tiempos que los hubo desde que apareció por primera vez en televisión y nos avisaron de que “este chaval es un talentazo”
Hoy, su carrera abulta como un sándwich de cuatro pisos en la que, pasase lo que pasase, siempre nos sentimos orgullosos de su capacidad para volver a intentarlo.
Ha pasado mucho tiempo desde que fue cuarto en el Mundial de Moscú 2013, muchísimo.
En el camino ha sido cuarto en todos sitios de su vida.
En un Mundial, en un Europeo (en dos Europeos) y hasta en unos JJOO, en los de Tokio 2021.
Por eso Eusebio Cáceres es vida y es prestigio y es todo lo que hemos compartido con él, lo bueno y lo malo, que resumió el otro día el periodista de AS Juanma Bellón, un tipo que no sólo sabe escribir de atletismo sino que también llegó a correr el 800 en 1’49”
-Es un talentazo, velocidad y explosividad. Y, sobre todo,un gran chico -escribió Bellón.
Y, al leerle, nos dimos cuenta de que, a pesar de que le falta esa medalla y ese gran salto, nos sentimos totalmente en paz con Eusebio Cáceres.
Y después de tantos años juntos no es fácil tenerlo tan claro.