Logra la medalla de plata de la forma más estelar,en un remontada que apetece verla repetida una y mil veces. Memorable.
Esta es la plata de una ciudad industrial como Torrelavega y del barrio de Covadonga. Esta es la plata del río Besaya y de su agua fría donde Mohamed Attaoui también recupera las piernas. Y esta es la plata de su madre y de su padre, que se fue por un cáncer cuando él tenía trece años, y de su hermano mayor, que trabaja en una fábrica de parques infantiles y que es como su ángel de la guarda. “Si no pudiera ser en el atletismo, me gustaría trabajar con él “, dice Attaoui.
Pero esta noche es la mejor noche de la vida deportiva de Mohamed Attaoui, que sólo tiene 22 años y que ha ganado las elecciones europeas del 800 en España. Nos hizo sufrir porque en los primeros sondeos, mientras Álvaro de Arriba asumía la delantera, él se quedó atrás. Y ya se sabe que los aficionados somos impacientes y lo queremos todo para ya. Y empezamos a imaginar lo peor.
Pero la diferencia es que en la pista hay que tener sangre fría. Lo que pasa allí abajo muchas veces es el arte de saber esperar. Y Attaoui eligió el momento casi perfecto. No fue perfecto porque le faltó rebasar a Tual y da la sensación de que si hubiese arrancado antes, un poquito antes, hubiese sido posible. Pero, en cualquier caso, está bien: no nos pasemos de inconformistas. Y menos esta noche: la noche de Attaoui y la noche del barrio de Covadonga de Torrelavega, donde se hizo atleta a su debido tiempo:
– Cuando estábamos en el colegio Mies de Vega me encantaba el fútbol. Jugaba de delantero, de extremo y era rápido. Me iba por la banda. Pero un día empecé a correr crosses. Vino un entrenador del club de atletismo Torrelavega y desde entonces.
Y hoy no se sabe si Attaoui ha protagonizado el relevo generacional en el 800. Pero pudiera ser que sí. Y eso que Álvaro de Arriba (cuarto) y Adrián Ben (sexto) han estado a un nivel alto. Pero desde hace tiempo se intuye que Attaoui está varias categorías por encima. Y, al menos, esta noche así ha sido con una diferencia galopante. Ahora, hay que esperar al Campeonato de España y mañana a los JJOO donde este diamante seguirá tratando de reducir distancias con el recuerdo de El Guerrouj. Su padre desde el cielo le está ayudando.
