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Adiaratou Iglesias, la reina albina de la velocidad española

Adiaratou Iglesias, en una imagen de archivo compitiendo / EFE

(David Ramiro-EFE).- Adiaratou Iglesias es la reina albina de la velocidad del atletismo paralímpico español. Hace dos años, en los Juegos de Tokio, asombró al mundo con su atrevimiento y su confianza sobre la pista para llevarse el oro en los 100 metros y ahora, en París, solo unas milésimas la han impedido proclamarse campeona del mundo.

Adiaratou Iglesias (Bamako, Mali, 1999) nació con albinismo, un trastorno causado por mutaciones en diferentes genes que produce una reducción o ausencia total del pigmento melánico en ojos, piel y pelo y que, en ocasiones, también afecta a la visión, como en su caso, con menos de un 20 % de capacidad visual. En Mali consideran que el albinismo da mala suerte si estas vivo, pero buena si estás muerto. De hecho, hay personas que salen a perseguir albinos para matarlos o cortarles un miembro del cuerpo y tenerlo como amuleto de buena suerte. Por ese miedo, su vida se redujo prácticamente a estar en casa y no salir de pequeña.

Cambios y una ‘salvadora’

En su casa su familia es musulmana, su padre tiene tres mujeres y su madre, sordomuda, es la más joven de ellas y tuvo nueve hijos. Ante la situación vivida en Mali, la decisión de sus padres fue enviarla a los once años a España, en concreto a Logroño, donde vivía uno de sus hermanastros. Ese cambio no fue bien y acabó en un centro de protección de menores donde conoció a la persona que le cambiaría la vida, María Lina Iglesias, profesora de magisterio en Lugo, y que decidió adoptarla.

Se fue a vivir con ella a Lugo, entró en un club de atletismo, deporte que conoció a los siete años en un telediario, y pronto sus cualidades no pasaron desapercibidas hasta el punto de, con el tiempo, llegar a ganar dos veces el Campeonato de atletismo de Galicia en 100 y 200 metros frente a atletas sin discapacidad. Su progresión en la pista ha sido espectacular. Lina Iglesias siempre creyó en ella y la animó a alimentar sus sueños deportivos.

En el Mundial de Dubai de 2019 fue subcampeona en 100 y 200 metros; en 2021, en el Europeo de Bydgoszcz (Polonia), se proclamó doble campeona continental en ambas distancias, y redondeó el año con la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio en los 100 metros T13. Tras la experiencia en la ciudad japonesa, Adiaratou, siempre con sus rastas y sus inconfundibles gafas, tomó una decisión radical en su vida personal. Se mudó a Madrid. Lo hizo para estudiar fisioterapia en la ONCE.

El cambio de Lugo a Madrid, la capital, no fue fácil, y compaginarlo con el alto rendimiento que le exige el atletismo tampoco. Por eso dejó la fisioterapia aparcada y, a la vez que se entrena y compite, ahora estudia Educación Infantil de forma semipresencial. Todo ello mientras mantiene vivo el sueño de regresar en el verano de 2024 a París, ciudad en la que solo unas milésimas la privaron este 2023 de proclamarse campeona del mundo. La azerbaiyana Lamiya Valiyeva se llevó la gloria del oro, pero Adiaratou Iglesias espera tomarse la revancha en los Juegos, la cita que tiene marcada en rojo en su calendario. Además, espera hacerlo en las gradas junto a Lina, la persona más especial para ella, ya que en Tokio, en plena pandemia, la ausencia de público marcó el acontecimiento.


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