-Estoy en mi tierra y nadie me iba a hacer la paella -explicó Javier Mirón ante las cámaras de la FACV (Federación de Atletismo de la Comunidad Valenciana) nada más finalizar el campeonato de España de 1.500 en La Nucia, donde fue segundo con una marcaza (3’36″15) que debe garantizar su presencia en los JJOO.
Todavía se nos pone la piel de gallina al recordar su carrera que resolvió sin perdón, “porque no sabía si alguien me iba a ayudar”. Y él tenía las cuentas muy claras: “Sabía que si era primero necesitaba 3’37”; si era segundo 3’36″30, y si era tercero 3’35″50″.
Y fue a buscarlo con decisión felina desde la primera zancada en una prueba como el 1.500 que desconoce. Él es un atleta que ha hecho 1’44” en 800 pero ante el tráfico que había en el 800, decidió reinventarse en el 1.500.
Y, si nada lo impide, a los 24 años, Javier Mirón debutará en los JJOO, donde ya habrá tiempo de pensar lo que puede pasar. Pero ahora vamos a valorarle y a escribir de él para contribuir a que le conozca la mayor gente posible.
La realidad es que hoy el atleta de Ibi, un pueblo rodeado de montañas de pino mediterráneo en la sierra de Castalla (Alicante) nos ha ganado a todos por su valentia. Salió a todo o nada y le salió bien. Solo Mechaal pudo impedir su triunfo.
Mirón es un atleta de mucha clase que no ha tenido suerte hasta ahora con las lesiones. Por eso esta aparición tan rotunda e inesperada en el 1.500 nos alegra a todos.
-Ya no puedo hacer más -insistió Mirón-. Yo me puedo quedar con la conciencia tranquila
