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“Hoy tuve que saltar la valla para entrenar porque la pista estaba cerrada”

Mohamed Attaoui, el medallista de plata de 800, cuenta que no es oro todo lo que reluce detrás de la medalla. Y no sólo eso, sino que también hace la compra, se prepara la comida… Y, mientras tanto,  sueña con el podio en los JJOO de París.

 

Acepta que está en la mejor edad para el 800. “Entre los 22 y 24 años”, resume Mohamed Attaoui, que tiene 22 y que acaba de ser medalla de plata en el Europeo de Roma. Pero ahora es otra historia. El fin de semana es el campeonato de España en La Nucia, donde se decidirán los tres atletas que representan a España en el 800 en París. El virus de la excelencia, en principio, no ataca a Attaoui. Pero él no se fía de nada ni de nadie.

Ha venido a Castellón a concentrarse. 
Ayer. Vine en avión desde Santander y esto es otra historia. Me recibió buen tiempo y lo agradecí mucho. Justo por la mañana entrené en Torrelavega y me calé entero. Vine con una sudadera y, nada más llegar, me la tuve que quitar. Hacía mucho calor.

¿Dónde ha dejado a la medalla europea?
En mi casa de Torrelavega del barrio de Covagonda. La hemos encargado un cuadro y luego, como `pasa con las más importantes, la pondremos en el salón.

¿Y las menos importantes?
Bueno, esas se quedan en mi habitación. Hay algunas que  las guardo en un cajón en el armario y otras las pongo con un pincho en la pared de mi habitación.

¿En qué le ha cambiado la medalla europea?
Me ha dado confianza. Pero, por lo demás, no cambia nada. No ha habido tiempo. Sigo siendo el mismo. De hecho, hoy he ido a hacer la compra y ahora en un rato me voy a preparar la cena.

¿Qué va a cenar?
Tengo arroz con pechuga de pollo y un yogurt natural con arándonos.

¿Qué hace en Castellón?
Una vez que me despierto lo pienso. Hoy, como era fiesta en Castellón  y estaba todo cerrado, he tenido que ir a Sagunto, saltar la valla y entrenar en la pista donde he hecho un poco de velocidad. Luego, he ido a comer y a la playa para meter un poco las piernas en el agua. Y como esto no es el Cantábrico no me ha costado: el agua estaba muy caliente.

Vive solo en el apartamento. 
Estoy acostumbrado. He estado casi todo el año fuera. A veces compartes piso. Pero sabes que esto lo haces por algo importante. Ahora son seis días en los que se trata de dormir y descansar o, a lo sumo, de estar en el sofá con el móvil.

¿Es el mejor?
Sí. Soy el mejor y lo seré.

Es una declaración desafiante.
No desafío a nadie. Sólo a mí mismo. Tengo que decírmelo para convencerme. Muchas veces me levanto diciéndome a mí mismo: ‘soy el mejor’. Me miro al espejo y me da la razón.

Adrián Ben, Mariano García… se van a enfadar. 
No pasa nada. Me llevo bien con la mayoría. Pero la rivalidad es la rivalidad. Seguro que ellos lo piensan de sí mismos.

Pero en Roma les diste una lección.
Sí. La verdad es que sí. Pero viendo la primera ronda y la semifinal sabía que tenía que plantear la final de la misma manera. Tenía que confiar en mi punto fuerte, los últimos 200 metros, cambiar sin brusquedad. Mi carrera me ha demostrado por ahora que tengo que ser más paciente. Tengo que guardar para entrar en la última recta con más fuerzas.

 ¿Ha pensado en la medalla olímpica?
Lo primero es estar en los JJOO. Pero viendo lo que hice en Roma sé que soy capaz de todo. Ahora ya no sólo me basta con ir a unos JJOO. Eso no quiere decir que luego no me quede en la primera ronda.

¿Tiene miedo a la excelencia?
No, la verdad es que no. Me preocupo hacerlo lo mejor posible. Mi objetivo es ir por la mínima directa y no depender de nada. No tener que deber nada a nadie.

Se complica la vida Chapado.
No sé qué opinar. El presidente pone unas reglas. Hay atletas que no se quejan hasta que se ven envueltos en esa situación. No digo que no tengan su razón. Sobre todo en algunos casos. Pero la marcas de la excelencia yo las veo bien.

Entonces le da la razón a Chapado.
Es lo que le digo. Cada uno tiene su parte de razón, sí. Pero hay casos como el de Álvaro de Arriba que se ha tenido que ir a Guadalajara para hacer la mínima. ¿Qué mínima le puedes pedir a un atleta como él que ha sido cuarto en un Europeo y que ha demostrado una excelencia más que de sobra?

¿Contempla quedarse fuera de los JJOO?
Podría ser. Pero ojalá que no. Si tengo un día normal debería estar dentro. Pero no hay que fiarse de nadie. Para mí, el campeonato de España es como una final europea u olímpica. Hay que dar el 110 por cien. Cualquiera se puede quedar fuera. Los ocho que pasen a la final tienen posibilidades de hacer podio.

¿Cómo le recibió Adrián Ben tras la medalla?
Primero, Álvaro de Arriba me dio un abrazo. Luego, fui a saludar a Adrián y me dijo: ‘enhorabuena, Moha’.

Se nota la competencia. 
Claro que se nota. Es inevitable. No podemos engañarnos. Pero esa competencia nos hace mejores a todos. No sólo a mí. Si yo fuese el gallo, supongo que me relajaría. Ahora sé que no me puedo dormir. A la mínima que lo haga, me puede pasar algo que no me gustaría.

 

 


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