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Jorge González, de triunfar en el Europeo al Burger King: “He cerrado muchas discotecas”

Tiene 28 años y ha sido un atleta tardío. Pero como se demostró en el Europeo de media maratón de Roma, donde fue 11º y mejor español, Jorge González Rivera llega a tiempo: “Ya salí de fiesta todo lo que tenía que salir”

 

Tiene hambre, le apetece y hoy se lo puede permitir: comer en el Burger King. Mañana ya será otra historia. Pero hoy es el descanso del guerrero y de un joven en paz consigo mismo. Se llama Jorge González Rivera (Mérida, 1995). El domingo asaltó nuestras vidas. Fue el mejor español en el Europeo de media maratón con una actuación que no esperaba nadie.

Hoy es Don Jorge. 
Sin el Don también me gusta.

Pero estos días…
No hace falta. De verdad. Tampoco hice nada del otro mundo. Sí es verdad que al ser el debut, tener la marca 42 de 66 participantes y acabar en el puesto que acabé…. Pero, mire, yo confiaba en el factor sorpresa y en el calor. La última semana entrené en Mérida hasta con 38 grados. Me hubiese gustado, incluso, más calor.

Como a Induráin. 
La humedad es uno de mis aliados, sí. Cada uno juega con sus armas. Si hubiese sido una media rápida a lo mejor no hubiese quedado tan arriba.

¿Quién es realmente Jorge González Rivera?
He vivido toda mi vida en Mérida. Mi padre es funcionario de la Junta y mi madre es interina. Soy el mayor de dos hermanos y ahora estoy opositando para policía local.

¿Y cómo van las oposiciones?
A finales del año, será el examen. Estoy estudiando fuerte. Sólo lo he dejado esta semana en Roma. Pero en cuanto pase esto volveré a la realidad. Es una deuda conmigo conmigo mismo. No he sido un buen estudiante.

Sin embargo, es un un buen atleta. 
He ido poco a poco. He estado un tiempo estancado. Pero ahora ya estoy pensando en preparar la maratón. Quiero debutar en Valencia. Estoy en la edad ideal. No trabajo y tengo ese tiempo libre para intentarlo.

Pero está opositando, que ocupa más tiempo. 
Son más horas, sí. Pero, al final, me viene bien para desconectar. La primera sesión la hago a las siete de la mañana y la segunda a las ocho de la tarde lo que me deja casi todo el día libre. Pero, sobre todo, es la motivación lo que debe marcar la diferencia.

Esa es la clave. 
Para mí, la clave es tener bien la cabeza. No siempre la he tenido. Hay entrenamientos en los que he pensado que no era capaz. Me tomaba las series como una carrera. Pensaba que no las iba a sacar y ahora me digo a mí mismo, ‘esto es facilísimo’, y eso es gracias a la cabeza. Para mí, la cabeza es un 60 por ciento. Cuando empieza una carrera ya no tengo miedo a retirarme.

¿Por qué?
Ahora vivo por y para esto. Hay mucho trabajo invisible detrás. No he visto a mis amigos, no he salido de casa, me he dedicado en cuerpo y alma…

Entonces lo del Burger King de hoy es una revancha.  
He cambiado desde hace un año la nutrición. Es lo que me ha dado un punto más. Antes tenía muchos problemas estomacales. Comía lo que me parecía. No le daba la suficiente importancia. Le puedo decir que hasta hace tres años salía de fiesta antes de competir.

¿Y cómo cambió?
Uno es responsable de sí mismo. De repente, empecé a ganar populares en Extremadura. Me di cuenta de que debía tomarlo más en serio. Si no cambiaba igual me arrepentía el día de mañana. Fue una de las grandes decisiones de mi vida.

Y ahora entonces no sale nada. 
Nada. Ahora, a lo sumo, me tomo una Coca Cola Zero cuando salgo con los amigos.

¿Y esos amigos son los que le han acompañado a Roma?
Sí, sí, claro. Son amigos con los que hemos ido muchas fiestas, hemos cerrado muchas discotecas. Hasta que no apagaban las luces no nos íbamos de ahí. La gente se impresionaba cuando me veía correr al día siguiente. Era impresionante. Muchas veces descansaba una hora o dos e, incluso, menos.

¿Y fue tiempo perdido? ¿se arrepiente de algo?
No, no. Lo he pasado muy bien. He ligado lo mío. Pero ya no me gustaría volver. Aquello ya pasó. Fue una gran época. He sido un auténtico pieza. Si contase historias… Hace dos años veraneando con mis amigos en Conil salíamos a las once de la noche y llegaba al apartamento y me iba directamente a correr.  Pero tenía esa fuerza de voluntad.

¿Hasta dónde le puede llevar ahora la voluntad?
¿Quién no sueña con unos JJOO? ¿Por qué no pensar en Los Ángeles? Tengo que empezar ya a preparar la maratón.

¿Qué ha aprendido de Javi Guerra?
Hace tiempo que lo conozco. Siempre me ha dado buenos consejos. He compartido habitación con él estos días. Ha sido precioso, ha sido emocionante, ha sido uno de esos regalos que me ha hecho la vida.

¿Y la familia?
Para mis padres también ha sido un regalo. Me decían que debía ser valiente en carrera y esta vez lo he sido. Y cuando llegué a la meta, primero, di una vuelta olímpica, vi a mis tres amigos en el fondo sur ellos solos con una bandera de España y luego en la recta de meta estaban mis padres con una cara de felicidad que lo compensa todo. Mis padres, mis tíos, mis primos… Ojalá hubiese más como estas.

Que bonito es el deporte. 
Y lo que une. Y la gente que se conoce. Y todo lo que hace por uno mismo y por tu propio afán de superación. Por eso ahora estoy más motivado que nunca. Ahora necesito desconectar un rato. El fin de semana iré a la playa. Luego, volveré a Mérida a empezar de nuevo y a adaptarse otra vez al calor. Mi primer objetivo será Albacete en octubre en el campeonato de España de media maratón.

 


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